El profe (capítulo 4)
Fecha: 23/01/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: Jcasf, Fuente: CuentoRelatos
... extensión. El grosor parecía gustarle mucho y llenarla, lo espectacular era que sus tetotas rebotaban triunfantes, como dos balones dando botes, haciendo volar gotitas de leche materna. Ella me arañaba el pecho mientras gemía al ser penetrada. Yo tenía mis manos en su culito, nalgueándola y apoyándola para que no se zafe de mi falo. Levanté la cara y le volví a atrapar los senos en mi boca, se los mordía, tiraba de uno y le sacaba lo que podría, luego cambiaba al otro. Ella abrió mucho la boca y soltó un sonoro gemido, dejándose caer, siendo penetrada del todo, teniendo un potente orgasmo.
Se acurrucó en mi pecho, recibiendo unas cuantas caricias, aún con mi poronga en su interior. De pronto se dejó caer de lado y le dijo que me sentara en el borde de la cama.
— Aún no te he ordeñado como debe ser, verás lo que una mujer de verdad puede hacer, no esa mocosa con la que te has estado metiendo —me dijo.
Yo le sonreí, ella estaba celosa de Daniela. Le hice caso sentándome en el borde, con las piernas un poco separadas. Ella puso su boca sobre mi verga, sin llegar a tocarla la abrió y sacó la lengua, dejando caer saliva como un pequeño chorrito, mojando mi aún endurecido falo. Luego tomó sus tetas con las manos y las juntó, dejando al medio mi pinga, con sumo cuidado las ...
... levantó y bajó, humedeciendo el centro con su saliva, haciéndome una rusa. Sus tetas eran muy suaves, y con lo mojado que estaba todo se resbalaba con facilidad, causándome muchas sensaciones placenteras. Lo mejor de todo es que, mientras hacía todo eso, ella me miraba, captando cada gesto de placer que yo hacía. Ella bajó un poco su cabeza y le dio una sorbida a mi verga, cogiendo la cabeza y jugando alrededor con su lengua, para luego volver a ponerse a cierta distancia, salivando. Todo ello mientras seguía pajeándome con las tetas.
Quién diría que mi amiga Fiorella podía ser tan sensual, pícara y golosa. Me venció el placer y me corrí, lanzando fuertes chorros de leche al aire, a su cara, a sus tetas. Ella siguió pajeándome con una gran sonrisa en la cara, triunfante por su logro. Se relamió lo que quedaba de leche y, cuando nos calmamos me jaló hacia la ducha. Nos duchamos juntos en una gran tina. Nos aseamos y secamos, yendo a la cama. Entre caricias la hice dormir. Decidí que al amanecer seguiríamos con nuestros juegos. Ese sillón tántrico no se quedaría sin ser usado, ¡no señor!
Me despertó el timbre de mi celular, Fiorella aún dormía plácidamente, en la pantalla se leía “Daniela Bombón”. Contesté y escuché la voz de mi ángel:
— Hola profe, necesito verlo urgente…