1. La dulce Julia, buena esposa y madre (II)


    Fecha: 31/10/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos

    ... sentimientos, de mentir, de ocultar. Empezó a llorar. No podía arriesgar que nadie conocido nos viese así. La cogí de la mano y la llevé a unos servicios que había visto antes, en un área apartada y no muy concurrida.
    
    Eran unos servicios con un solo baño, uno para hombres y otro para mujeres.
    
    Entramos en el servicio de mujeres, y cerré la puerta:
    
    Julia, qué pasa? Por qué lloras así? Por favor dime qué pasa
    
    Por qué no me has llamado? Por qué no me has escrito ni un mensaje? – dijo entre sollozos
    
    Cómo voy a hacer eso? Eres una mujer casada, y tu marido es mi compañero de trabajo. No puedo arriesgar que lo descubra. Además, lo dejaste bien claro la última vez que nos vimos, recuerdas?
    
    No puedo quitarte de mi cabeza – dijo en voz baja – No puedo dejar de pensar en tí, no te puedo olvidar – empezó a llorar otra vez
    
    Casi me hizo llorar a mí. La abracé, y ella enterró su cabeza en mi pecho. Volví a tener la bonita sensación que tuve cuando se quedó dormida sobre mí. Sentía sus tetas bajo su camiseta y sujetador contra mi cuerpo. Nos quedamos abrazados un rato.
    
    El pomo de la puerta giró, pero el cerrojo estaba echado. Esto nos despertó. Miré a Julia, y Julia me miró con sus bonitos ojos negros. Otra vez esa sensación de no poder controlar mi cuerpo. Acerqué mi boca y la besé en los labios. Inicialmente no reaccionó, y me separé. Quizá la había cagado.
    
    Pero entonces ella se acercó a mi y me besó. Nos besamos apasionadamente, sus brazos rodearon mi cuello. ...
    ... No tardé en poner mis manos en su culo. Meses de pasión contenida fueron liberados.
    
    Le quité la camiseta. Llevaba un sujetador deportivo. Tenía el mismo cuidado vientre plano que recordaba. Ella me quitó el pantalón primero, era más directa. Zapatillas fuera, su pantalón también fuera, mi camiseta fuera mientras seguíamos besándonos. Pasé mis manos por su espalda, desabroché, pasé mis manos por sus hombros y deslicé. El sujetador cayó al suelo, y por fin volví a ver las preciosas tetas de Julia. Estaban como las recordaba, quizá algo menos voluminosas. Bonitas, con pezones centrados. No perdí tiempo y cogí ambas tetas con mis manos, mientras seguía besando a Julia. Las estrujé, apreté, acaricié. Me volvían loco. Julia cogió mi bóxer y lo bajó. Cogió mi polla con su mano y empezó a pajearme. Me empujó al WC, sentándome con mi polla ya erecta. Se bajó los panties deportivos. Tenía el coño bien depilado como la última vez. Abrió sus piernas y comenzó a sentarse frente a mí. Cogió mi polla con su mano y la apuntó hacia su coño.
    
    Primero, la punta de mi polla tocó la entrada de su coño. Julia soltó un suspiro. Me encantaba ver su cara juvenil, ojos negros, nariz delicada, melena morena hasta los hombros, boca fina de labios suaves, disfrutar con la sensación de estar a punto recibir mi polla dentro. Era la dulce Julia, mujer de Luis, madre de dos hijas, pero también era mi Julia.
    
    Mi polla empezó a entrar poco a poco en su coño. Julia iba bajando, mi polla iba entrando cada ...
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