1. La dulce Julia, buena esposa y madre (II)


    Fecha: 31/10/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos

    ... vez más profunda, hasta que Julia se sentó sobre mis piernas, con toda mi polla dentro. Yo tenía mis manos puestas en su culo, pero las separé para ir a sostener sus bonitas tetas. Julia me sonrió. Había echado de menos esta sonrisa. Volvió a levantarse para empezar un lento sube y baja, sacándose mi polla para volver a metérsela hasta el fondo. Nos íbamos besando mientras tanto. Cuando subía, sus tetas quedaban a la altura de mi cara, y las lamía, succionaba, besaba, me comía sus pezones.
    
    Empezamos a acelerar el ritmo, por lo que volví a poner mis manos en su culo, ayudándola a bajar y subir. Nos estábamos calentando, y Julia estaba gimiendo considerablemente. Le dije que no hiciese tanto ruido, nos iban a pillar.
    
    Otra vez alguien intentó entrar en el baño. No podíamos arriesgarnos a ser descubiertos. Julia consiguió ahogar sus gemidos, pero la veía disfrutar enormemente. Después de todos estos meses, por fin se liberaba.
    
    Tras unos 5-10 minutos metiéndose y sacándose mi polla, tuvo un potente orgasmo. Era una mujer de orgasmo rápido, sobre todo conmigo. Quedó rendida sobre mí, todavía con mi polla dentro, piernas bien abiertas, abrazada a mi cuello, su cabeza sobre mi hombro:
    
    Quiero correrme dentro de ti
    
    Y yo cariño. Pero no puedes esta vez, me puedo quedar embarazada. Ven
    
    Se levantó, me puse también de pie. Se sentó, y me quedé frente a ella. Cogió mi polla, que estaba cubierta de sus flujos, y con una preciosa sonrisa, mirándome a los ojos, se la metió ...
    ... en la boca. Esta vez se la metió hasta el fondo. Luis no era ni un mero lejano recuerdo en su cabeza.
    
    Empezó a chupar lentamente, desde la base hasta la punta, dándole un beso cuando se la sacaba de la boca, para volver a metérsela hasta el fondo. Tras un rato así, empezó a lamerme los huevos, mientras me hacía una paja. No sé si es que había estado yendo a clases extraescolares o la vez anterior estaba cortada, pero la mamada que me estaba dando ahora era de película.
    
    Volvió a meterse mi polla en su boca, hasta el fondo, para empezar a chupar con mucho más ritmo.
    
    Yo sujetaba sus tetas, las manoseaba, jugaba con sus pezones. Otras veces le empujaba la cabeza siguiendo el movimiento de la mamada, o le acariciaba la espalda. Algunas mujeres no quieren que les empujes la cabeza, pero Julia se dejaba hacer de todo, al menos conmigo. Vi en sus ojos lujuria. Estaba realmente concentrada en chuparme la polla, era lo único que importaba en su vida en ese momento. Chupaba a un ritmo descontrolado. Así no iba a tardar nada en correrme.
    
    Mientras Julia seguía con una mano apoyada en mi pierna, la otra sujetando la base de mi polla, y sus labios recorriendo una y otra vez arriba y abajo a una velocidad de vértigo, sentí que me iba a correr inmediatamente. Puse mis manos sobre sus tetas que se estaban balanceando al ritmo de la mamada, sujetándolas, y las apreté. Julia hacía fuerza con sus labios rodeando mi polla, arriba y abajo.
    
    De repente, sentí cómo un chorro salió de mi ...
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