1. Libertinaje en la alta sociedad


    Fecha: 10/02/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Patricia377, Fuente: CuentoRelatos

    ... brazo y me levanta del sofá. La sigo, ella sostiene mi brazo. Toma el pasillo y se detiene en la primera puerta, por el mobiliario parece una especie de tocador con bancos, sillas y varios cojines.
    
    Entramos en la habitación. No había nadie. Tanto mejor. Sabrina me hace sentar en una especie de banco y trae una silla para ella. Pasa su brazo por mi hombro, me acaricia la mejilla con la parte externa de la mano y me da un delicado beso en la comisura de mis labios. Apoya su cabeza en mi hombro mientras me acaricia la nuca. Se levante, trae un almohadón y se arrodilla sobre él entre mis piernas. Lentamente me baja los pantalones y agarrar mi polla. La mira, su lengua hace contacto con mi glande, sin dejar de mirarme a los ojos la engulle. Es romántica. Le acaricio el pelo, sus ojos expresan complacencia. Elizabeth se une a nosotros y se sienta a mi lado. Tres vasos y una botella.
    
    "¿Cómo lograste convencerla?" Logré articular entre dos movimientos de succión.
    
    "¿Por qué convencerla? Muy sencillo: le pregunté si quería conocerte y ella dijo que sí".
    
    Sabrina se rio con mi polla en su boca. Ella lo retira para dárselo a Elizabeth.
    
    Liz le acarició el mentón, después el pelo:
    
    "No mi amor. Continúa. Después yo también voy a disfrutar de tu cuerpo, ¡hermosa mía!". ¡Oops! Sorprendido por la respuesta de mi esposa.
    
    Elizabeth se apoyó contra mí. Ella también iba dar de sí misma. Empezamos a besarnos. Tres o cuatro movimientos más de Sabrina y me corrí. Mantuvo mi pene ...
    ... en su boca hasta que terminaron mis descargas. Después apoyó su frente en mi rodilla y dejó escapar mi sagrado líquido. Y así se quedó como absorta.
    
    "¡La noche acaba de comenzar mi amor!" dijo mi esposa.
    
    Elizabeth la tomó de los cabellos e hizo que la cabeza de Sabrina quedara mirando hacia el techo. La chica permaneció sumisa, sin reacción, con su boca abierta, la mirada extraviada. Ojos tristes. Lisa la tomó del mentó y sus miradas se enfrentaron. Escena estremecedora: Elizabeth dominante, imperativa, segura de sí misma, determinada a satisfacer sus deseos con la chica; Sabrina subordinada, rendida, dispuesta a obedecer lo que sea. Mi esposa se movió hacia adelante y metió su lengua en la boca de Sabrina, sin soltarla de los cabellos. La joven tenía unos pechos grandes, libres bajo el vestido. ¡Curvas y mucho encanto! Mi mujer la estaba besando, saboreando el momento, sacando y volviendo a meter la lengua en la boca de ella. Vi que un movimiento de escalofrío recorrió la columna de Elizabeth.
    
    Otra pareja había entrado en la sala y disfrutaban del espectáculo, sentados en el banco de enfrente. La mujer estaba de espaldas por su hombre, que había pasado una mano entre sus piernas levantó su falda de color rojo oscuro, se deslizó en ella, a tientas en la intimidad de su compañera. Me levanté, con los pantalones a la altura de los tobillos, y serví champaña a mis dos amantes. La puerta permanecía abierta. Pequeños grupos pasaban riendo. Sabrina se sentó en el borde del ...
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