1. Mi odiosa madrastra, capítulo 7


    Fecha: 11/03/2025, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    ... saber.
    
    — Nada, andate por favor —le dije.
    
    La cortina había caído del otro lado de la bañera, por lo que me encontraba completamente expuesto. Aunque, desde la distancia en que estaba ella, suponía que la bañera me tapaba mis vergüenzas.
    
    — ¿Pero qué te pasó que te caíste? —preguntó ella, desviando la mirada, al ver que me encontraba sumamente abochornado.
    
    — Desde hace un par de horas que me duele todo el cuerpo —dije.
    
    — A ver, ¿Podés levantarte? —preguntó, aún con la vista desviada.
    
    Yo me agarré del costado de la bañera, y me ayudé para impulsarme hacia arriba. Pero mi brazo no aguantó el peso, y caí de culo nuevamente.
    
    — A ver, basta de tonterías. No vas a ser el primer hombre que vea desnudo. Y no hace falta recordarte que vos me viste en bolas más de una vez.
    
    Quise decirle que si la había visto desnuda era porque ella lo había querido. Pero no alcancé a decir nada, pues ya se había acercado.
    
    Fue entonces cuando se percató de que mi desnudez era lo que menos me avergonzaba. Parecía que le costaba sacar la vista de mis genitales, manchados con mi propio semen, el cual, para colmo, era increíblemente abundante.
    
    — Ah —dijo.
    
    — Yo me arreglo —dije, intentando ponerme de pie.
    
    — A veces es mejor dejar el orgullo de lado —contestó—. No seas tonto, y quedate ahí donde estás.
    
    Para mi sorpresa —aunque no tanto—, Nadia se quitó el top que cubría su torso, y luego hizo lo mismo con su pollera floreada, para colgar las prendas en un gancho. Quedó ...
    ... sólo con el conjunto rojo, cuya tanga ya había tenido el gusto de ver en el supermercado.
    
    Y entonces se metió en la bañera conmigo.
    
    — ¿Qué hacés? —pregunté, ahora poniéndome de pie a duras penas.
    
    — Dejá de hacer esfuerzos innecesarios. Cuando termine, te ayudo a ir a tu cuarto.
    
    Cuando termines ¿con qué? Quise preguntar, pero cuando vi que mi madrastra me daba la espalda para sacar la regadera de donde estaba, me di cuenta de lo que pretendía.
    
    — No te preocupes, le pudo haber pasado a cualquiera —aseguró.
    
    Salió de la bañera, aun sosteniendo en su mano la ducha. Su cuerpo y parte de su ropa interior estaban mojados, supuse que por eso se había quitado la ropa, para no mojarla. Ahora apuntaba el chorro de agua a mi entrepierna. El líquido empezaba a limpiar el semen que había quedado en mi verga y en mi pelvis, y ahora se deslizaba por la bañera, e iba a parar al desagüe.
    
    — Enjuagate un poco. Eso no lo puedo hacer por vos —dijo mi madrastra, intentando sonar graciosa, aunque lo único que logró es que me sintiera más ridículo de lo que ya me sentía.
    
    Me enjaboné, y luego enjuagué mi miembro viril. Al hacerlo, no pude evitar que se hinchara levemente otra vez. Nadia ahora miraba a otra parte. Pero eso no cambiaba nada, ya me había visto en el peor momento posible.
    
    — Listo —dije.
    
    Agarró una toalla, me envolvió con ella, y me ayudó a secarme. Cuando terminamos de hacerlo, agarró la toalla, y la colgó, dejándome nuevamente desnudo frente a sus narices. Me ...