1. Humillando a mi sumiso con una manada


    Fecha: 13/03/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... atentamente. Hoy no va a ser una sesión de juegos, y no vamos a volver a ver a esta gente nunca más. Hazles pasar y desnudalos a todos. Cuando estén desnudos, quiero que les pidas que se sienten cada uno en una silla, y cuando estén sentados, vienes aquí para avisarme. ¿Está claro, preciosa?”
    
    Contesté que sí, y subido en mis tacones, me dirigí a la puerta. Me sorprendió que no me hubieras puesto una máscara, pero cumplí tus indicaciones. Abrí la puerta y se quedaron sorprendidos de verme allí, y vestido de mujer. Varios se miraron entre ellos, y uno de ellos exclamó:
    
    “¿Tú quién coño eres? ¿Dónde está la tía a la que vamos a follarnos?”
    
    “Yo soy la puta de Laila, y ella está dentro del apartamento. Me ha ordenado que os reciba y os dé unas instrucciones, pero si no queréis entrar, estáis en vuestro derecho”
    
    Todos se miraron, pero ninguno se quedó fuera, así que les acompañé al salón y les di las indicaciones que me habías dado.
    
    “Mi Ama me ha pedido que os diga lo que tenéis que hacer. Quiere que os desnudéis y que cada uno se siente en una silla. Cuando lo hayáis hecho, he de ir a la habitación para avisar que ya está todo a su gusto”
    
    Uno de ellos me miró con desprecio y dijo:
    
    “¿Tu Ama? ¿Qué eres, un sumiso? ¿Y te ha contado tu Ama para que estamos aquí? Ja, ja, ja. ¿Vamos a follar con ella y tú te vas a quedar mirando? Menudo imbécil”.
    
    Sin alterarme, y mientras ellos se iban desnudando, comenté:
    
    “Sí. Ella es mi Ama, y si estáis aquí es porque yo lo ...
    ... consiento. Somos uno, y Ella sabe que podrá hacer siempre lo que quiera para obtener placer y para humillarme con ello. Ambos disfrutamos de mi humillación, y vosotros no sois más que objetos. No sois nada… pero puedes verlo como quieras”.
    
    “Ja, ja, ja… mírate. Vestida de mujer y maquillada. Das pena, chaval. Pero como quieras… tú eres su sumiso, y yo pienso follármela hasta que no pueda andar”.
    
    Mientras decía esto, se agarraba la polla. Una polla enorme incluso sin estar duro. Esperé a que todos estuvieran desnudos mientras echaba una mirada furtiva a su “armamento”. Los cinco tenían buenas pollas. Gruesas y grandes, como a ti te gustan. Tragué saliva y me dirigí a la habitación para avisarte.
    
    “Ya están desnudos en sus sillas, Ama”
    
    “Muy bien preciosa. Coge dos cajas de condones de la bolsa negra y llévalas al salón. A cuatro patas, detrás de mí. Vamos, aligera, que no tengo todo el día”.
    
    Entraste en el salón en tacones, con las medias negras de rejilla, el tanga de encaje y tus tetas mirando al cielo. Los cinco se quedaron mirándote. Alguna de sus pollas se alegró de verte. Entonces, te colocaste en medio del círculo en el que todos estaban sentados y dijiste:
    
    “Buenas tardes a todos y gracias por venir. Lo primero que quiero saber es si alguno tiene dudas sobre lo que he hablado con vosotros de forma individual. El juego es muy sencillo. Voy a follar con todos vosotros en ratos que irán variando. La primera ronda durará un minuto con cada uno. Cuando termine ...
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