1. Mis odiosas hijastras (13)


    Fecha: 10/06/2025, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    ... verdadero violador, pero el riesgo esta vez había valido la pena. Nada de lo que dijera después tendría importancia. Ahora la adolescente tetona estaba gimiendo mientras le metía una y otra vez la verga. Ya no ejercía ninguna fuerza en ella. Podría irse si quisiera. Pero ahí estaba, gozando de la pija de su padrastro.
    
    Retrocedí un poco y apoyé mis manos en sus caderas. Valu separó las piernas. No me había molestado en ponerme un preservativo y a ella tampoco parecía molestarle. Al menos en ese momento ninguno de los dos pensaba en ello. Solo nos importaba sacarnos la calentura que llevábamos adentro.
    
    No sé qué era lo que motivaba a esa adolescente a estar conmigo en ese momento, en el patio de la casa, con el culo en pompa recibiendo mi pija. ¿Sería que más allá de todo sentía cierta atracción hacia mí? ¿O realmente lo hacía solo para vengarse de su madre por haberse acostado con se exnovio? O quizás simplemente le divertía vivir esas experiencias morbosas tanto como a mí. Quizás se encontraba presa de sus impulsos, como yo mismo lo estaba. Concluí que lo más probable era que su motivación fuera una mezcla de todas esas cosas que me había imaginado. Y seguramente había otras tantas que alguien tan simple como yo era incapaz de deducir.
    
    —Admitilo —dije, jadeante, embistiendo una y otra vez, sintiendo el adictivo culo de Valu en mi ombligo—. Admití que esto te gusta.
    
    —No —dijo ella. No obstante, esa negativa salió con una tonalidad totalmente pornográfica, pues la ...
    ... palabra se había fusionado con un gemido—. No Adri, ya dejá de cogerme, por favor no me cojas —suplicó ella.
    
    En efecto, eso era lo que le gustaba, eso la excitaba sobremanera: fantasear con que estaba siendo violada por su padrastro. En ese momento algo atravesó mi cabeza, y por un instante mi mente voló muy lejos de ahí. Nunca lo había pensado. Pero qué pasaba si lo de Mariel era algo relacionado con lo sexual. Qué pasaba si no era simplemente una inseguridad enfermiza que la obligaba a “testear” a todos sus parejas, sino que la excitaba mucho la idea de que sus hijas coquetearan con ellos.
    
    —¡Basta! Esto está muy mal. ¡Sos el novio de mamá! —dijo Valu.
    
    Pero obviamente no hacía nada para evitar que lo siguiera haciendo. Por lo visto había heredado los gustos retorcidos de su madre. En ella la cosa degeneró en retorcidas fantasías de violaciones. Ahora, viéndolo en retrospectiva se me ocurre imaginar que después de tantas veces que se vio obligada a seducir a los hombres de Mariel para luego mandarlos al frente al primer indicio de traición, quizá fue eso lo que hizo clic en la cabeza de esa chica, y por eso empezó a fantasear con que alguno de aquellos veteranos la violase. Al igual que Sami y Agos, no era más que una pobre víctima de Mariel.
    
    Pero como es natural, en ese momento no podía importarme menos los problemas psicológicos que podría tener la despampanante Valentina. Lo único que me importaba era poder usar esas debilidades a mi favor, tal como lo estaba ...