Vacaciones en ibiza
Fecha: 06/11/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... hasta que mi boca alcanzó su dura polla, y empecé a besársela y chupársela, primero suave, y luego muy intensamente. Luego me puse de rodillas entre sus piernas y continué con la faena.
Me excitaba y me gustaba verle excitado, pero mientras mi boca chupaba la polla de mi marido, mi imaginación estaba chupando la de otro…
Hasta que al cabo de un rato, él se corrió a borbotones. Se notaba que estaba muy excitado.
Permanecimos recostados y abrazados en la tumbona, sintiendo en nuestros cuerpos desnudos la brisa que recorría la terraza, mientras mi mente seguía recordando lo sucedido en la playa.
Luego nos vestimos para ir a cenar a un bonito restaurante al aire libre que estaba de moda, y a la hora de elegir el vestido, no hacía sino pensar en cual me pondría, pensando en que me encontraría con Francisco, y que le pudiera parecer sexy. Elegí uno de color rosa palo, de tirantes, con volantes, y muy corto. Apenas conseguía taparme el culo, y tenía que tener mucho cuidado al sentarme o levantarme. Debajo no llevaba absolutamente nada, y podía sentir la brisa del aire correr entre mis piernas y acariciar mi coño.
En el restaurante, mientras cenábamos y charlábamos, tenía que hacer esfuerzos para seguir la conversación con mi marido, ya que mi cabeza seguía en otra parte, recordando lo sucedido esa tarde, y eso no hacía más que excitarme aún más, y sin darme cuenta estaba sentada con las piernas totalmente abiertas, mostrando mi coñito a toda la gente que estaba ...
... sentada en las mesas de enfrente. Pero no me importaba nada, estaba tan excitada que casi me daba lo mismo. Mi cabeza sólo pensaba en lo de la tarde, y en la posibilidad de volver a encontrarme con Francisco.
Después de cenar, fuimos a la parte de terraza con jardín y música que tiene el restaurante, y nos tomamos una copa, mientras se empezaba a animar el local. Yo estaba más pendiente de la gente que entraba, que de otra cosa, esperando ver entrar a alguien, que finalmente no llegó a entrar.
Después de ya más de una hora en el local, y dos mojitos en el cuerpo, yo perdí la esperanza de que Francisco apareciese por allí, y como los mojitos se me habían subido un poco a la cabeza, necesitaba ir al servicio. Me levanté, y le regalé a mi marido, y a todos los que estaban alrededor un magnífico espectáculo, pues el minivestido que llevaba puesto se me había subido del todo al estar tumbada en el sofá, y al levantarme no es que se me viera un poco, es que todo mi culo desnudo quedó al descubierto. Se me vio todo, por delante y por detrás, pero no le di más importancia, me lo bajé tranquilamente, y continué caminando hasta el baño.
Cuando salí del servicio, un grupo de chicos que estaban alrededor de la puerta, y un poco subidos de tono de alcohol, me empezaron a rodear, piropeándome, e impidiéndome que avanzara, y si bien al principio no le di más importancia, pues creía que estaban de broma, luego se empezaron a acercar cada vez más, cerrando más el círculo, y uno se empezó a ...