1. Vacaciones en ibiza


    Fecha: 06/11/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... pasar, tocándome el culo, mientras los demás reían la gracia. Me puse muy nerviosa, pues no sabía como salir de allí, y levanté la vista, buscando a alguien más sereno que pudiera sacarme de allí. Pero nadie parecía darse cuenta de los que sucedía.
    
    Y entonces, cuando más nerviosa estaba, y a punto de perder los nervios y gritar, oí una voz que me era conocida, y que se acercó bruscamente al grupito, abriéndose hueco y rescatándome de allí. No me lo podía creer. Era Francisco que acababa de llegar y lo había visto todo.
    
    De los nervios que tenía, y de la alegría de verle y que me hubiese sacado de allí, no pude reprimir el abrazarme a el con todas mis fuerzas, y empecé a llorar un poco, en una mezcla de nervios y de ilusión por verle.
    
    Le conté lo sucedido, y lo nerviosa que me había puesto, el me tranquilizó. Nos quedamos mirándonos el uno al otro, y no pudimos reprimir el fundirnos en un largo e intenso beso.
    
    Me ofreció tomar una copa, pero entonces recordé que estaba con mi marido, y que entre lo sucedido con los gamberros y el encuentro con Francisco, estaría preocupado por el tiempo transcurrido. Le pregunté a Francisco si iba a estar más tiempo en el local, y me dijo que estaría el tiempo de tomar un par de copas. Entonces, no sé de donde saqué el atrevimiento, supongo que de las ganas que tenía de estar con él, que le pregunté directamente si quería estar esta noche conmigo.
    
    Se sonrió, por una parte fruto del halago, y por otra del deseo, y me ...
    ... dijo que por supuesto que si. Que llevaba toda la tarde pensando en mi, y que era lo que más deseaba del mundo.
    
    Me armé de valor y fui a buscar a mi marido. Le conté lo que me había pasado con los gamberros, y también como había llegado el chico de la playa y me había rescatado. El se extrañó mucho de lo del chico, que me hubiese reconocido y me hubiese rescatado. Entonces no me quedó más remedio que contarle lo sucedido en la playa, en una versión mucho más suavizada que la realidad, y le dije que le quería pedir un favor muy grande y muy importante para mi, y que esperaba que me lo pudiese conceder.
    
    Estaba extrañadísimo, y un poco mosqueado, pero no le quedó más remedio y me preguntó que cual era ese favor tan grande y tan importante que deseaba. Entonces tuve que tomar aire, y respirar profundo, y sin más rodeos se lo dije: Necesito pasar la noche con ese chico.
    
    Se quedó de piedra, pues no se lo imaginaba, pero enseguida lo comprendió, y entendió mi deseo, y que si se oponía yo lo iba a hacer igual, o me iba a quedar con las ganas para siempre, con lo que tenía pocas opciones. Supo leer el deseo en mi mirada. Me miró fija y profundamente a los ojos, me tomó la cara con sus manos, me dio un beso en los labios y sencillamente me dijo: vete, diviértete, y espero que vuelvas…
    
    Yo me quedé a su vez mirándole fijamente a los ojos, le besé intensamente en sus labios y le dije: no te preocupes, volveré.
    
    El apuró su copa, nos levantamos, y cada uno tomó su ...
«12...4567»