Nueva normalidad
Fecha: 23/07/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos
... semanas. Ambos se masturbaban mirando en las páginas porno como antes, su padre les hizo borrar todos los vídeos así que los episodios de sexo familiar estaban solo en su memoria. Por el contrario Lucia devia ir de compras cada martes y jueves. Pedía un taxi que religiosamente la dejaba a las puertas del centro comercial, dónde el auto rojo abría si puerta para desaparecer en el asfalto y entrar fugitivo a el motel barato dónde con un hambre de más el buscaba desde el primer momento el cuerpo de Lucia.
—¿Mamá no sospecha?
—No, ella cree que tengo junta con los proveedores, además está con sus amigas y se entretiene. No nota mi ausencia.
Eran diálogos cortos, mientras las manos de vos buscaban despojarse de las ropas lo más pronto posible. Luego el preámbulo de verla vestir lencería, subía las medias por sus piernas ante su mirada llena de morbo. Los ligueros, el baby doll. En cuanto estaba lista el buscaba su sexo, como loco le devoraba con su lengua cada gota del nectar de su cuerpo, ahora le dejaba las prendas, le gustaba como se veía, además era parte de su ritual el que escogieran el siguiente atuendo. En cuando el placer explotaba entre sus piernas, ella buscaba su miembro y se recogía el pelo para que él pudiera ver
su cara llena de inocencia comerle la verga suavemente, para luego ir al fondo hasta sentir sus palpitaciones en la garganta. Sostenía el trozo de carne al fondo y podía sentir como la piel de Alberto se ponía chinita. Luego se besaban ...
... compartiendo su sabor, unidos frente a frente sentían el frenesí de sus cuerpos, compartiendo el aliento se tocaban, el besaba su pequeños pechos salivando sus pezones mientras ella se apretaba contra su espalda que para ella era una muralla, fuerte, que ahora la protegía y nadie podía separarlos.
Desde tiempo atrás el admiraba el culo redondo que con la edad tuvo Lucia, pero ahí empinado con la tanga a un costado era como entrar al cielo en vida. Le gustaba mirar como despacio resbalaba su verga hasta estar dentro por completo, bañarla para sus nalgas chocarán con furia contra el y escucharla gemir de placer mientras sus brazos se doblaban y su culo se levantaba aún más. Cuando el la buscaba por detrás la miraba morder las sábanas y apretar los puños soportando el dolor con quejidos que luego se convertían en gemidos de un placer indescriptible para ambos. En las primeras escapadas el le confesó que su mayor deseo era llenar su pequeña y hermosa cara con su semen.
—quiero pedirte algo —le dijo a medio acto desconcertando a Lucia
—¡¿Que?! —pregunto ella entre gemidos
—¿Puedo acabar en tu cara? —la respuesta a eso fue verla arrodillada y levantando la cara, mirándolo fijamente.
Así que la costumbre se apoderó de sus encuentros y cada que sentía que el aceleraba el ritmo ella se escurría entre las sábanas para recibir los chorros de semen sobre su rostro. Aunque era el paisaje mas bello el nunca le tomo foto o video para evitar que por cualquier error Diana se enterará. ...