VECINAS COMPLACIENTES 2
Fecha: 30/01/2024,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... sus piernas a mi cintura, apretándome, como hace su mamá. Entonces acompañaba mis movimientos con los suyos, colgada de mí.
-¡Si papito! ¡Bien adentro! ¡Cómo me gusta! ¡Me hagoooo! - Nuevo orgasmo. Una y otra vez. La nena ni siquiera necesitaba que le acaricie el clítoris. ¡Una acababa tras otra!
Estuve penetrándola como un cuarto de hora. Cada vez mejor. Cuando se la sacaba, no para dejarla, sino para metérsela de nuevo, ella pegaba el grito.
-¡No me la saqués! ¡Metela hasta el fondo! - Nunca pude entender como entraban 18 centímetros, en semejante criatura. Veremos qué pasa cuando se la meta por el culo.
-No te la saco, mi amor. Te la sigo enterrando. Tu conchita es maravillosa. – Miré a su mamá, que se estaba masturbando con entusiasmo.
Lo decidi. Voy a dar satisfacción a Aprilia. Me arrodillé, le levanté las piernas a Celina, se las hice tomar con sus manos, y seguí bombeando.
-Apri, tesoro, parate frente a mí y acabame en la boca. - Mientras cogía a su hija, la mamá se paró y puso la concha en mi boca. Con mi lengua reemplacé sus dedos, al tiempo para acabar. ¡Un perfecto trío! ¡La mami acabó en mi boca, la nena en mi pija y yo le llené la conchita!
-¡Qué rico papito! ¡Qué calentita! – Celina está eufórica.
La saqué despacito, todavía dura, mientras terminaba de chupar a la mamá.
-Salí un poquito, mami. Se la quiero dar a Celi para que me la limpie. – Se retiró la mamá y fui hasta la boca de la nena. Su lengüita me lamió magníficamente. Hasta tomó mis ...
... huevos con las manitas, y se los metió en la boca. ¡Todo genial!
¡Ahora a descansar! Bueno…, no tanto. Me acosté boca arriba. Pasó lo que tenía que pasar: madre e hija se dedicaron a lamer y chupar. Aprilia…, toda una experta. Me levantaba la pija con la lengua… y Celina besaba el glande.
-Papito… ¿cuándo me hacés la colita? – Celina no quiere esperar nada.
-Ya va, mi amor. Tengo que recuperarme. ¿Querés que te llene la colita?
-¡Sííí! ¡Eso quiero! – Habla sin dejar de lamer.
-Tenés que esperar un poquito. Necesito más lechita para vos.
-¡También la quiero en la boca! ¡Me la quiero tragar, como hace mamita!
-Si tesoro, todo lo que quieras, pero paciencia…
Debe ser cerca de la medianoche. Empezaba tener hambre. Ellas no habían dicho nada. Ni sabía si tendrían algo para comer.
-Chicas, ¿tienen algo para comer?
-Sí, claro. Voy a hacer. – Aprilia se levantó.
-No, no hace falta. Si tenés pan podemos hacer unos sándwiches.
-Si, dale, es más fácil. - Celina aprobó. No quiere que pase demasiado tiempo. - ¡Pero tengo que prepararme la colita de nuevo!
-No pasa nada. Esperamos. – Es lo que más quiero. No me queda otra. Sería lo mejor.
Hay algo de pan y fiambres. Comimos, tomamos unas gaseosas y descansamos, por suerte. Una manera de que pase el tiempo y yo esté nuevamente en condiciones.
Nos acostamos un rato. Los tres en la cama. Abrazando y acariciando a las chicas.
-Quédense quietitas, descansen… - Quiero que dejen la pija un poco “tranquila”.
Pasó un buen rato. ...