D O Ñ A S O L E (3)
Fecha: 01/12/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... suspiró honda, muy, muy hondamente; se me abrazó, lo mismo con sus brazos, rodeándome el cuello con toda su alma, como con sus piernas, cerradas en torno a mis muslos, atenazados entre ellas, mientras con sus pies, apoyados en mis glúteos, empujaba hacia sí misma en empecinado empeño de fundirnos los dos, ella y yo, en un solo cuerpo… En una sola carne (Gen.2.24, Mc. 10-8, Mt. 19.5) Y llena de pasión, empapada en amor, musitó en mi oído • Te quiero marido… Te adoro… Soy tuya, mi amor… Tuya, tuya, tuya… Hoy y siempre…Mientras viva… El tiempo ha ido pasando y nuestro amor fructificó en tres criaturitas que ella me ofrendó con los dolores del parto… Y no vinieron más, pues Sole estaba lanzada por el camino de la maternidad, porque Dios, Natura o lo que sea no lo quiso, cuando a sus cuarenta y siete años se le detectó un cáncer de matriz; lo superó sin dejar rastro, pero a costa de perder matriz y ovarios en la operación a que tuvo que someterse. El “Ancien Régime” dio en quiebra con la muerte del general Franco y advino la “democracia” a España; y el Divorcio, acogiéndose Sole, de inmediato, a la nueva Ley, de modo que en 1983, por fin, nos casamos ella y yo, a mis cuarenta y tres y sus cincuenta y seis, con su hijo Pablo de padrino ...
... y mi madre de madrina, a pesar de ella, mi madre, hacerlo tapándose las narices, pues para ella, Sole y yo, fuera como fuese, vivíamos amancebados, por aquello del santo matrimonio de ella con el homosexual de su marido… Yo, en este 2013, soy algo más que setentón y Sole no digamos… Ochentona y, y, y… Pero seguimos queriéndonos como cuando empezamos a vivir juntos… Claro, que las energías ya no son las mismas, aunque para mí, pues qué queréis que os diga… Que su cuerpo desnudo me sigue pareciendo el de una odalisca turca… El de una Venus, una Afrodita, una Astarté… Y de tomo y lomo… Las pastillitas resucitadoras de muertos ahora me son imprescindibles… Y en algo así como tortillas de ni se sabe cuántas, aunque ella cree que son dos como máximo, pues si supiera la verdad, se me cerraría de piernas a cal y canto que, para ella, mejor “hambre” conmigo al lado, vivito y coleando… O sin “colear”, que “heroicamente caído en el cumplimiento del deber” Y eso que, más de una vez y más de dos, tenemos que valernos de la manita, boquita y lengüita, pues la “cosa” ni a la “tortilla” de Viagras responde… ¡Dichosa “diabetes melitus” que me trae mártir desde hace ya diez años, arreciada cosa mala en estos cuatro últimos!. F I N D E L R E L A T O