Yo puta tu maricón - Relatos Eróticos

Yo puta tu maricón

... vestido y de vez en cuando llevaba sus manos y sus dedos a mi concha donde los humedecía. 

Macho: veo que estás disfrutando con todo esto te vas a convertir en una buena dominadora pero antes tendrás que ir pagando tus lecciones. 

Me sentía en deuda con la que el hombre así que me arrime a él y besé su boca un beso apasionado con aquel desconocido que dominaba mi cuerpo y que empezaba al señor me ha dominar a mi marido dándome un gran placer. 

No es el tiempo que estuvimos besándonos pero fue buen rato en el que en aquel momento me habría dejado follar sin ninguna duda desabroché su pantalón necesitaba darme placer a mí misma y me tragué aquel pollón otra vez le hice un buen mamadón hasta que terminó de correrse en mi boca después cogí su mano y la llevé a mi entrepierna pidiéndole que me masturbase hasta correrme cosa que hizo con mucho ímpetu. 

Llegué a casa como todos los días algo más tarde y allí estaba Mario para satisfacer mis instintos una vez que me desnude le hice comerme la vulva y el culo después cenamos. 

Yo: un día de estos traeré mi vulva bien follada y te la daré para que la limpies. 

Todas estas frases y mis formas de comportarme eran aleccionadas por aquel macho y yo me sentía superior a mi marido. 

La rutina del día siguiente fue la misma que me pasase la lengua por vulva y culo como había el día anterior Mario creo que estaba dispuesto a satisfacer mis instintos más primarios sin soltar palabra. 

Aquel día no hubo cita y para mí ...

... se me hizo duro ya que deseaba sentir el poder de aquel macho se me hizo extraño llegar a casa temprano y tener a mi marido allí como un  autómata intentando satisfacer mis instintos. 

Al día siguiente era sábado y como suele decir sábado sabadete sobre las seis de la tarde me llamó mi macho dominante. 

Macho: pone el altavoz quiero que tu marido oiga la conversación. 

Me acerqué hasta el salón donde se encontraba Mario y sentándome sobre el sofá comencé a conversar con aquel macho. 

Macho: hola Susana me preguntaba si te apetece que te folle ya que hasta la fecha solo ha habido mamaditas y pajas. 

Mario escuchó la conversación estupefacto pero más cuando yo le contesté sin ningún tapujo. 

Yo: sin ninguna duda ese sería el propósito. 

Macho: Mario tú qué opinas de esto. 

No me lo podía creer aquel macho estaba preguntando a mi marido que le parecía que un extraño me follase. 

Mario: es decisión de Susana. 

Macho: entonces consientes que me folle a la zorra de tu mujer 

Mario: ella es dueña de su cuerpo me lo ha dicho. 

Macho: me parece muy bien quién sabe igual me llevo a tu mujer luego. 

Aquello poco más que era una invitación a follarme y Mario no había dicho ni palabra me fui a la ducha toda cachonda pensando en qué tal vez me llamase para llevarme por ahí a follar. 

Me había duchado y estaba con un conjunto de lencería por casa de lo más sexy todo por poner los dientes largos a Mario qué a estas alturas tenía ya adornada la cabeza ...