Yo puta tu maricón - Relatos Eróticos

Yo puta tu maricón

... con unos buenos cuernos. 

Sería a las 8 de la tarde cuando sonó el telefonillo, ambos nos quedamos un tanto incrédulos ya que no esperábamos a nadie pero cuando fui a contestar por un momento me imaginé que pudiese ser aquel macho, mi instinto no me defraudó me contestó aquel hombre pidiendo que la abriese. 

Estaba nerviosa muy nerviosa no tenía ni idea como iba a ser la reacción de mi marido pero cuando entró aquel macho mi marido estaba frente a la puerta y pudo ver como este agarrándome por el trasero metía su lengua en lo más profundo de mi boca mientras amasaba mi trasero 

Macho: bueno aquí me tienes yo soy el que se va a follar a tu mujer delante tuya y evidentemente podrás luego participar. 

Mi marido no contestó estaba incrédulo pero si podía ver como su cara estaba desencajada. 

Macho: bueno primero habrá que cenar y llenar la tripa para luego disfrutar de esta pedazo hembra que tienes. 

Fui yo la que fue a la cocina a preparar una cosa mientras Mario estaba a escasos metros de el hombre con el que le había estado engañando. 

Cuando regrese al salón le a Mario que pusiese la mesa ya que cenaríamos en el salón los tres. 

Ya sentados los tres en la mesa aquel macho no paró de sobarme y meterme su boca para besarme mientras miraba a mi marido como desafiándole. 

Mira después de follar a tu mujer hoy no va a querer otra cosa que me la folle más veces y tú tendrás que permitir eso y si quieres participar. 

Aquel macho comió como si no ...

... abrió mañana bebiendo bien de vino mientras que Mario mi marido no era capaz ni de tragar el agua cuando terminamos en el mismo salón aquel macho se desnudó por completo mostrando sin ningún complejo una buena erección de aquel pollón se sentó en el sofá y no tuvo que decir nada me arrodillé ante él y comencé a chupar aquella polla y sus cojones metiéndomela de vez en cuando hasta sentir arcadas. 

Yo misma me puse encima de él mirándole y me metí toda aquella tranca de un solo golpe bastante mojada estaba ya y comencé a cabalgarle mientras besaba su boca ya que el macho me sobaba las tetas y me amasaba el culo como queriendo abrirmelo más.

Macho: por qué no aprovechas y das placer a tu mujer comiendo en el culo. 

No tarde mucho en sentir la lengua de mi marido en el culo y como sus manos pretendían abrirme bien las nalgas sentía su lengua como hurgaba en mí ano.

Me volví a cambiar de postura empotrándome ahora contra el sofá y sintiendo con su potente polla penetrarme sin compasión. 

Yo había perdido la noción de los orgasmos y casi desfallecida sentí como comenzaba a correrse de mi interior aquel torrente de leche como los que había probado en mi boca llenaba mi vulva mi coño. 

Cuando me la sacó se la limpié delicadamente exprimiendo hasta la última gota de leche. 

Todavía estaba jadeante veía mi marido de pie viendo toda la escena con una cara de pocos amigos creo que el castigo había sido severo había pago con creces su pequeña infidelidad me sentía ...