Las consecuencias de un lamentable descuida - Relatos Eróticos

Las consecuencias de un lamentable descuida

... que venden aquí cerca, antes de que se vayan".
Elena se acababa de meter a bañar, pero al oírlo hablar sale casi enseguida envuelta solo en la toalla sin nada más, según ya bañada. Vi muy claro cómo le brillaron los ojitos cuando él se acerca y la saluda de beso. Me dice Elena-- Báñate mientras yo me arreglo" –Sentí mucha molestia porque se saca la toalla sin ningún recato delante de él para terminar de secarse totalmente desnuda diciendo--  “¡Para que me escondo de ti, si ya me conoces!” Sentí celos pero me contuve y no me gustó la expresión que les vi, así que dejé la puerta del baño entreabierta cuando me estaba bañando. Pensando lo peor, dejo la regadera abierta y me acerco a la puerta para espiarlos y oigo jadeos. ¡Se me bajó la sangre a los talones! no pude aguantarme y me salgo con sigilo para asomarme y lo dicho. ¡Estaban bien entrados en su asunto! Sentí una emoción muy rara al mirarlos, pero cosa extraña, ¡ya sin coraje! Elena se empina al borde de la cama y él se acomoda detrás de ella. Estaban dándome la espalda y los vi con toda claridad. No sé si Elena estaría consciente de que yo podía escucharla o no le importó, pues gemía bastante fuerte. Total que, cuando vi que ambos acabaron me meto al baño, cerré la regadera y fingí que me estaba secando para luego salir. La actitud que les vi a ambos era bien evidente, pero fingí no haber notado nada.
Mientras almorzábamos la birria, me dice el ingeniero acercándome ...

... un cuaderno y un lapicero-- ¿Me puedes apuntar tu número de teléfono? Me dice Elena que ella no lo recuerda porque tienen poco con él". --Lo apunto y le digo-- "Si, nos lo acaban de instalar hace dos meses". --Me dice-- "En ocasiones voy a Morelia y me gustaría pasar a visitarlos".
Cuando vi la expresión de Elena, me di cuenta porque ella no le dio el número, ella tiene mejor memoria que yo, así que si lo recordaba. El asunto es que el tipo le gustaba mucho y ella no quería un peligro sentimental, pero ya se lo había dado y esto nos llevó a otra situación comprometida que luego les platico.
Llegamos sin contratiempos a Morelia y en apariencia nuestra vida matrimonial continuó muy normal. Solo que yo seguía sintiendo muchas cosas extrañas. Al recordar lo ocurrido, Elena se reía y lo veía solo como un incidente que nos llevó a una aventura inesperada, pero para mí si fue un cambio muy trascendental en la forma de ver a mi esposa, pues no podía sacar de mi mente la escena de verla empinada y ensartada gimiendo fuertemente. Y recordando que con tan solo 8 meses de casados estuvo ya con 3 hombres diferentes en una sola tarde, ¿Qué podía esperar en un futuro? Sin embargo, en mi interior anhelaba poder verla algún día comerse un trozo como el don Jesús tal como ella lo platicó. Con el paso del tiempo pude ver eso y más, pero eso es otra historia.
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