El hotel - Relatos Eróticos

El hotel

... unida a la suya no dejando al hablar. 

Margari: cielo hablo en serio quiero que seas mía que me pertenezcas que te entregues a mí y mis caprichos y yo sabré recompensarte tanto económicamente y a su vez tú y yo ampliaremos nuestro compromiso. 


Mi boca seguía el día de la suya como queriendo callarla y mientras ella pellizcaba mis pezones y mis manos buscaban su ano de mi boca. 

Yo: sí cariño quiero ser tuya quiero pertenecerte y haré lo que me pidas. 

Hicimos el amor apasionadamente mientras ella me seguía preguntando si me gustaba entregarme a sus caprichos yo afirmaba no sé si por el placer que me daba o por la necesidad que tenía de ser suya. 

Después la conversación fue más seria.

Margari: mira cielo eres joven deliciosa estás para comer en el hotel hay mujeres que vienen a prostituirse clientes habituales que he pagado un dinero por compañía.
Son profesionales cobran una pasta y a esto es sabido sacarle jugo ya que yo también me acuesto con más de un cliente e incluso dada mi condición de bisexual con alguna mujer o pareja. 

Tú y yo podemos satisfacer a hombres y mujeres y tu marido no tendría que saber nada y tú disfrutarías del placer que es el sexo y de un sustantivo dinero. 

Yo: pero no sé si sabría hacerlo bien ya que solo he estado con mi marido. 

Margari: si te entregas a un hombre igual que te has entregado a mí seguro que lo harás bien y por supuesto procuraré que estés bien hasta que aprendas del todo buscando al principio que te ...

... sientas cómoda con clientes míos. 

Bien lo intentaré entonces le comenté sin saber muy bien dónde me metía mientras mi boca volvió a buscar su vulva en la que introduje mi lengua después de un rato volteé aquella mujer y abriendo sus nalgas clave mi lengua en su ano donde entre  como si esta fuese un pene. 

Margari: tengo que saber cuándo tienes tus reglas por lo demás yo te sentiré de la ropa adecuada ya que la lencería o ropa a muchos hombres les es un extra. 

No podía creérmelo pasé toda la noche con aquella mujer durmiendo y haciendo el amor mientras no tuviésemos ningún aviso a la mañana siguiente me sentía con sueño calzada pero muy satisfecha sexualmente tenía todo el día para descansar pero en las horas que mi marido se encontraba trabajando yo intentaba disfrutar de mi amante. 

A las cinco de la tarde me confirmó que tenía un cliente un hombre de cuarenta y cinco años al que ella ya había dado sus servicios. 

Margari me preparó a conciencia un conjunto lencería muy así una minifalda medias y tacones me maquillo y me dio el número de habitación con una tarjeta. 

Margari : te ves dispuesta a hacerlo. 

Yo: no se supongo tengo miedo vergüenza no sé si sabré hacerlo bien. No vas a venir conmigo. 

Margari:Sabes lo que es dar placer un hombre y a una mujer no creo que me necesites para nada deja en principio la iniciativa al hombre y luego muéstrate y entrégate como lo harías con tu marido. 

Fui con mis tacones moviendo el culo a las doce de la ...