1. Vanko y Elián, sexo salvaje


    Fecha: 13/08/2017, Categorías: Hetero Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... domingo trajera a Vanko para celebrar los cuatro su vigésimo cumpleaños, que no me podía negar porque ya había reservado y nos esperaba a los dos sí o sí, que eligiera. Decidí que sí y lo comuniqué con Vanko. Se quedó gratamente preocupado. Le alegraba la invitación diciéndome que mi padre era un hombre muy agradable y que le gustaría conocer a mi madre, pero que no sabría cómo debiera tratarlos ni comportarse. Le dije:
    
    — Tú haz lo mismo que yo, te preguntan, respondes siempre con la verdad; te miran, los miras; te sonríen, les sonríes; si lloran, ponte preocupado y amable; si yo los beso, tú los besas…, ¿entendido?
    
    — Sí, entendido, como un hijo, ¿sí?
    
    — Eso, como un hijo, les va a gustar y te amarán.
    
    — Y si me preguntan si te quiero, ¿qué les digo?
    
    — La verdad, siempre la verdad.
    
    — ¿Tú que les has dicho?
    
    — Nada.
    
    — ¿Por qué?
    
    — Porque no me han preguntado.
    
    — ¿Y si te preguntaran qué les dirías?
    
    — La verdad.
    
    — ¿Cuál es la verdad?
    
    — Que te quiero con toda mi alma.
    
    — Y…, qué dirían ellos?
    
    — Pueden decir lo que quieran, eso no cambia nada, ni mi amor a ti, ni mi amor a ellos.
    
    — Entonces los voy a querer mucho…
    
    — Eso es asunto tuyo.
    
    Ya tenía completamente entrenado a Vanko. No deseaba las mentiras, mis padres habían sabido siempre mis sentimientos, no les gustaba pero me entendieron y me defendieron siempre; es ahora cuando les gusta que yo sea como soy, porque dicen que tienen hijo. Cada uno es libre de pensar lo que quiera, ...
    ... pero mentir a la familia —sobre todo a los propios padres— es la peor de las felonías que uno puede realizar, porque son los que siempre nos defenderán, incluso en contra de su modo de pensar.
    
    Era sábado en la tarde y mi padre llamó para preguntar si íbamos a ir en la tarde o al día siguiente domingo. Le dije que el domingo, pero él insistió en que hiciera como siempre que «a la mamá le ayudaba mucho mi compañía».
    
    — Papá, si me lo pides tú, yo iré a acompañar a la mamá y cuando llegues me regreso a casa hasta el domingo.
    
    Mi papá insistió en que fuéramos los dos ya en la tarde y nos quedáramos en casa.
    
    — Papá, comprenderás que nos hemos acostumbrado a dormir en una sola cama…
    
    — Lo suponía y he hecho cambiar la cama de tu habitación…
    
    — Pero, papá…
    
    — ¡Hijo, por lo que más quieras, no te quiero perder!
    
    — Gracias, papá, como gustes.
    
    Llegó el sábado. Nos vestimos bien, elegantes, airosos, pero con detalles para celebrar el cumpleaños. Toda la ropa que nos pusimos de dentro afuera era nueva. Todo era igual, excepto en el color, cada uno llevaba el suyo, a mí me encantan los rojos y a Vanko los grises. Los jeans eran exactamente igual, negros de diferente talla, super skinny, muy pegados, marcando bien el culo, camiseta roja con dibujos yo y camiseta gris Vanko, sudadera gris Vanko y sudadera negra yo, ambas sin letras. Yo iba con la cabeza descubierta como es mi costumbre, Vanko con gorra y visera hacia atrás. Yo llevaba el AppleWatch que me regalo mi padre ...
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