Ella sabe todo de mi (Parte 2)
Fecha: 30/01/2019,
Categorías:
Masturbación
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... las mías y comenzó a acariciar mi monte de Venus con la rodilla. Sentía como mi tanga se empapaba de nuevo. Luego mordió mi labio inferior hasta casi hacerlo sangrar, lo chupó y se apartó de mí. Quedé sin aliento por unos segundos.
- Para ser una virgencita, lo has hecho muy bien mi Leia. Ahora ven, siéntate en la cama y te dejaré hacer.
Me senté en la cama y me acerqué a ella lo más lentamente que pude. No quería parecer desesperada. Ella se quitó el sostén de encaje rojo, provocándome aún más. Comencé introduciendo mi lengua en su boca, pero como no podía tocarla, por la condición que me había puesto, ella también contra atacó y todo esto se convirtió en una guerra para saber quién era capaz de meter más la lengua en la boca de la otra. Estaba muriendo de deseo, hasta que ella me detuvo.
- No quiero que te corras todavía, la noche es joven – Volvió a juguetear con mi cabello húmedo – Quiero que te quites las bragas, déjate solo el sostén.
Obedecí, y noté sus pechos estaban al aire, firmes, y sus pezones duros. Era una morena espectacular.
- Bien, mi princesa Leia. Quiero que me des la espalda y te sientes en la cama con las piernas abiertas y dobladas. No creas que no sé que te estabas masturbando en la ducha, pero ahora voy a enseñarte lo que se siente que te lo haga otra persona.
El ambiente ya estaba caliente, y la habitación seguía con la música de los Monkeys de fondo.
Me senté dándole la espalda a Elia, tal como me lo indicó. Ella se sentó detrás ...
... de mí, abrazándome con sus piernas, y podía sentir sus senos desnudos en mi espalda. Comenzó a acariciarme un seno con la mano derecha, y con la izquierda fue bajando lentamente hasta que llegó a mi monte de Venus perfectamente depilado. Suavemente iba besando mi cuello y mi hombro, y eso siempre ha sido algo que me derrite por dentro. Recostada contra ella, cerré los ojos dejándome al placer. Su mano izquierda comenzó a descender más y encontró mis labios vaginales hinchados y dispuestos.
- Estás húmeda, princesita. Me excita demasiado sentir tu miel entre tu coño. Tus labios esperaban por mí. Voy a enseñarte cómo se siente follar.
Yo solo pude responder con un gemido. Levanté los brazos hasta que pude agarrarme con fuerza de sus hombros, no quería que ella se alejara de mi ni por un instante. Su mano derecha no dejaba de jugar con mis pezones haciéndolos endurecer cada vez más. Pero con su otra mano se reservaba las habilidades para mi caverna, ya que era zurda.
Comprendí entre delirios, suspiros y gemidos que en aquel momento estaba sonando la canción “I wanna be yours”, y que era cierto. Quería que me hiciera suya, quería que me follara, hasta el fondo de mi ser.
Comenzó a mojar mi clítoris con mis fluidos, subía y bajaba a un ritmo maravilloso, recorriendo mi rajita con toda suavidad, quería empezar suave y retener el orgasmo. Acarició mi clítoris con un dedo, pero pronto se inflamó tanto que tuvo que comenzar a pellizcar con el índice y el pulgar. Uno, dos, ...