1. Ella sabe todo de mi (Parte 2)


    Fecha: 30/01/2019, Categorías: Masturbación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... tres pellizcos.
    
    - Ah, ah, ah… Me quiero correr Elia. Ah, ah, ah.
    
    - Aún no, princesa. Te voy a follar por primera vez. Aguanta, me lo vas a agradecer.
    
    Siguió con ritmo desenfrenado, masajeando y apretando mi clítoris con énfasis. Me había mojado como nunca antes en mi vida. Mi cuerpo de alguna manera no entendía lo que estaba pasando y quería quitarse, mi clítoris estaba tan excitado que dolía.
    
    Elia frotaba, pellizcaba, frotaba sin piedad, me lastimaba un poco, pero yo quería que me follara.
    
    - Elia, auuuch, me lastimas. Ah, ah, ahhh… Quiero que estés dentro de mí, me voy a correr, no aguanto más. Ah, ah ahhhh…
    
    - Pídemelo bien.
    
    - ¡Fóllame, fóllame ahora! Ahhhh…
    
    - Lo que digas, te voy a follar, princesita.
    
    Entonces Elia liberó mis pechos de su mano derecha y la bajó rápidamente a mi cavidad. Yo seguía sentada contra ella, con las piernas abiertas a más no poder, y entonces sentí, primero uno, luego dos dedos, que me penetraban en mi ser.
    
    Elia jamás soltó mi clítoris, lo empezó a masturbar frenéticamente como un pequeño pene.
    
    - Elia, Elia, Elia. Me voy a correr, me voy a correr, me voy a correr. Ahhhh, ahhhh, ahhhhhhhhhhhh.
    
    Sentí cómo me iba de este mundo y regresaba por un segundo. Fue maravilloso. Había tenido sexo por primera vez, y había llegado al orgasmo.
    
    Me quitó el aliento. Cuando normalicé mi pulso, me volteé y le comí la boca a Elia con un beso lleno de deseo y agradecimiento. Anhelaba que mi primera vez fuera excitante y que fuera con ella. Y me lo cumplió.
    
    Estaba a punto de comerle el cuello y los senos a besos, pero ella me detuvo y exclamó.
    
    - Cuidado Princesa. Esta lección no fue gratis. Aún tenemos todo el fin de semana para nosotras. Y tienes que enseñarle a tu maestra todo lo que has aprendido.
    
    Me tumbó sobre la cama, se posó encima de mí, se contoneó unas cuantas veces y me besó con su lengua, mordiendo mis labios, hasta que se hizo de día.
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