1. Mamá, ¿por qué estás desnuda? (6)


    Fecha: 24/09/2025, Categorías: Incesto Autor: PerseoRelatos, Fuente: TodoRelatos

    ... los senos como un guante quirúrgico. El sostén deportivo negro —no sé si era de encaje o solo la ilusión óptica de la humedad— apenas disimulaba los pezones, que estaban duros y marcados.
    
    —¿Te costó mucho trabajo? —preguntó, aún jadeando por el esfuerzo.
    
    —Casi muero, literal —dije, incapaz de apartarle los ojos de encima pero fingiendo lo más posible.
    
    —Ay, vas a ver, en un mes ya me vas a estar agradeciendo
    
    No respondí. En su lugar, una idea bastante peculiar me cruzó la mente.
    
    —Voy a bañarme antes yo, porque me tengo que ir a la Uni.
    
    —Ah, dale, tienes razón — concedió.
    
    Me saqué los zapatos, con una lentitud que no fue planeada, sino producto de la tortura a la que había sido sometido recientemente. Por alguna razón, mamá se quedó recargada en el lavabo viéndome. Esto, en parte, me impulsó para seguir con mi inusual plan.
    
    —Ay, lo malo es que me voy a quedar toda sudada mientras tanto … — soltó mamá, mientras me miraba suavemente.
    
    —Pues sí pero… igual puedes quitarte la ropa sudada… — dije, como no queriendo.
    
    Por un segundo, parecía que había ido demasiado lejos. Mamá ni siquiera me corrigió, ni siquiera fingió molestia. Se quedó ahí, mirándome con atención, y después de un microinfarto en el que ni siquiera yo pude respirar, llevó las manos al borde de la camiseta. Dudó apenas lo necesario para dejar en claro que no era algo que hiciera todos los días, y en un solo movimiento se la quitó.
    
    El olor ácido y dulce del sudor se mezcló con el del ...
    ... detergente barato de la tela. Los pechos de mamá rebotaron dentro del sostén deportivo, que más que sujetar parecía sólo contener una inquieta multitud.
    
    —Uh, está fresco ¿no? —comentó, rompiendo la tensión con una risa nerviosa. Cruzó los brazos por debajo de sus pechos, lo cual no hizo sino multiplicar la presión y erguirlos más soberbiamente. Yo me saqué la playera con decisión… ¿decisión de quién?.
    
    Nos miramos sin decir nada.
    
    Deslicé mi propio short y, en un acto de audacia que no sabía si era mío o de algún demonio ancestral, quedé completamente desnudo frente a ella. Mi verga, húmeda de sudor, se balanceaba medio erecta bajo el último temblor de la carrera. Mamá no apartó la mirada, aunque tampoco hizo comentario alguno.
    
    Todo era silencio.
    
    Entré a la regadera y abrí la llave. El vapor llenó de golpe el pequeño baño, empañando el espejo y la lógica. Cerré los ojos bajo el agua caliente, pero pude escuchar el leve sonido de las licras deslizándose por las piernas de mi madre. Era casi imperceptible, pero no para mí.
    
    —Me las voy a quitar también —dijo, como si necesitara mi aprobación.
    
    —Está bien —dije, y la voz me salió ronca.
    
    Luego, en un intento, me imagino, desesperado por fingir normalidad, mamá comenzó a cepillarse los dientes.
    
    El agua caliente me recorrió la espalda y me hizo relajar los músculos. No me molesté en cerrar la cortina. Podía sentir su mirada, y eso me calentaba.
    
    Me giré para verla, y ahí estaba, de espaldas, sólo en panties y ...
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