Mi hermana novicia y mi tía monja
Fecha: 11/10/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Viejo Intrepido, Fuente: TodoRelatos
... cerca de sus labios, y he de reconocer que de una forma completamente deliberada para ver su reacción. Satisfecho al comprobar su turbación y ver que no me hacía ningún reproche, les dije:
-Vamos a ir a la ciudad y os vais a comprar la ropa que más os guste, y después os voy a invitar a comer, por supuesto con vuestro nuevo aspecto, al sitio que más os apetezca, un asador, una marisquería, una Burger o una pizzería. Y voy a ser envidiado por lo bien acompañado que voy a ir.
-Y que pretendes que nos compremos, - dijo algo inquieta Eva – No pretenderás que nos compremos algo indecoroso, como una minifalda o algo similar.
-No sé tú, tía Eva, - dijo Salome enfatizando lo de tía Eva – Pero yo me voy a comprar unos tejanos ajustados, y unas zapatillas de deporte, y para arriba alguna camiseta, desde luego nada que te pueda escandalizar.
-Es que no me fio ni un pelo de Caín, - dijo Eva mirándome de forma escrutadora - ¿Qué tenías tú en mente?
-La verdad es que no se me había ocurrido ni mucho menos elegir yo vuestros atuendos, porque estoy convencido de que os pongáis lo que os pongáis, estaréis arrebatadoras, ya que solo con vuestra cara y vuestra sonrisa, ya lo estáis. – le conteste y le provoque – Pero si me lo permites, yo te puedo aconsejar algo que considere que te puede sentar bien.
-Mejor aconseja solo a tu hermana, aunque es posible que yo también elija algún pantalón, nunca he tenido ninguno. – dijo Eva sonriendo – Pero lo que si me apetece comprarme ...
... son unos zapatos con mucha punta, y una camisa blanca, aunque sea solo para comer hoy y acompañaros mañana al Notario.
Como yo tenía una tarjeta de la cuenta de la sociedad a la que pertenecían todas las fincas y demás propiedades de mis difuntos padres, no dude en gastar lo que fuese necesario para que Eva y Salome se comprasen todo aquello que les apeteciera, pues una vez leído y aceptado el testamento todo seria nuestro. Les dije que se preparasen que en media hora nos iríamos a la ciudad más próxima y yo también me fui a arreglar.
La casa que había sido de nuestros padres, y que ahora sería de mi hermana y mía, era un enorme caserón muy bien conservado a la salida del pueblo, y que estaba rodeado de una alta pared de piedra. La vivienda era de dos plantas más un torreón bastante espacioso y una edificación aneja que en su día había sido la cuadra y que ahora era una enrome cochera. Cuando baje, aún no habían bajado ninguna de ellas, y yo aproveche para sacar el coche de lujo que mi padre casi nunca usaba, un BMV de alta gama, y las espere en la puerta de la casa, pero cuando las vi me dio un vuelco el corazón, pues no se me había pasado por la cabeza que no tendrían ropa de paisano, y ambas iban vestidas casi iguales, Eva con sus hábitos de monja y Salome con los de novicia. Pero a los pocos segundos mi sorpresa se convirtió en motivo de diversión, pensando como actuarían las vendedoras cuando entrasen a comprar ropa para ellas vestidas de esa guisa, y no pude evitar ...