1. Mi hermana novicia y mi tía monja


    Fecha: 11/10/2025, Categorías: Incesto Autor: Viejo Intrepido, Fuente: TodoRelatos

    ... que a partir de ahora usareis sola una.
    
    Sin ni siquiera darme las gracias, ni las buenas noches, primero Salome moviendo graciosamente su precioso culo y detrás de ella Eva arremangándose los hábitos, salieron disparadas hacia sus habitaciones. Yo me quede paladeando el vino, feliz y satisfecho por verlas a ellas tan alegres y contentas, pero a la vez apenado, pues si he de ser sincero conmigo mismo no me importaría en absoluto pecar de incesto con ellas.
    
    Como no oía nada, y ni tan siquiera esperaba que me diesen las gracias por las ropas que les había comprado, me serví una segunda copa de vino y me senté a meditar, viniendo a mi mente la oferta que me habían hecho Sofía y Pamela, y si encartaba al día siguiente volvería a su tienda para comprarles más ropa a mis parientas, y de paso desahogarme con las dos bellezas de la tienda de moda, que sin ser ni mucho menos como mi hermana y como suponía seria mi tía, estaba convencido de que no saldría defraudado.
    
    Recién terminada la copa, y decidido a subir a mi dormitorio, me sobresalto un mensaje de WhatsApp, y al mirarlo me sorprendió ver que era de Salome, pero mucho más me asombro la foto que adjuntaba de Eva, con uno de los saltos de cama trasparente y un tanga ínfimo, ambos de color negro, y el siguiente comentario “Dice Eva que se ha mirado al espejo y le gusta lo que ve, pero quiere ...
    ... saber qué opinas tu”. Yo no pude evitar tener una erección bestial al ver semejante hembra, pues la foto de Eva de cuerpo entero era para la portada de una revista para adultos ya que estaba buenísima. Conteste rápidamente al mensaje diciendo
    
    - “Lo que creo que la hace falta saber es como la ves tu”
    
    - “Yo ya la tengo más que vista, y ya sabe que me gusta hasta vestida de monja”
    
    - “Entonces dile que la veo genial, estupenda, maravillosa, y dile que incluso me he empalmado”
    
    Tras unos largos segundos en los que pensé que se había terminado la conversación, volvió a entrar otro mensaje, y al abrirlo me dio casi un soponcio, pues esta vez era un selfi de las dos, las dos enfundadas con sendos saltos de cama iguales al que llevaba Eva en la primera foto, pero esta vez sin tanga, y un mensaje que decía:
    
    -“Como somos inexpertas en este tipo de prendas, necesitamos que subas y nos ayudes a quitárnoslas, y te quedaremos eternamente agradecidas”
    
    Desde ese día como comprenderán mis lectores, soy el tío más feliz del mundo, bueno miento, soy el hermano y el sobrino más feliz del mundo.
    
    Posdata
    
    Las convencí de que no se deshicieran de los hábitos de monjas, e incluso me compré yo uno de cura, y de vez en cuando nos “disfrazamos” y retozamos de esa guisa. Si se llega a enterar mi tío el cura de Roma, seguro que nos manda a un exorcista. 
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