1. Mi hermana novicia y mi tía monja


    Fecha: 11/10/2025, Categorías: Incesto Autor: Viejo Intrepido, Fuente: TodoRelatos

    ... intransigente, que entiendo a todo el mundo y sobre todo que aplico una lógica a cada caso, y que sepas que no tengo nada que perdonarte, al contrario, estoy enormemente agradecido que le hayas dado ese cariño a mi pequeña hermana cuando más lo necesitaba. Además, creo que os queréis de una forma muy hermosa, sincera y honrada, por mí solo os pido que seáis felices.
    
    Eva me miro asombrada, dejo de llorar y me dedico una sonrisa tan hermosa que me hizo sentir bien, terminamos de cenar y tras recoger todo fuimos al salón donde tras tomar ellas asiento en uno sofá, yo me serví una copa de vino para tranquilizarme, y tras preguntarles a ellas si querían algo, que desecharon con un movimiento de cabeza, me senté frente a ellas dispuesto a hablar sobre nuestro futuro. Me resultaba algo raro ver a Salome vestida con aquellos pantalones ajustados y su blusa blanca, ya que se había quitado la chaquetilla nada más llegar, y a su lado a Eva vestida de monja, aun sofocada pues sus mejillas seguían como una amapola, haciendo que incluso pareciese más hermosa.
    
    Tras carraspear algo incomodo ante el silencio sepulcral de mi tía y de mi hermana, les dije:
    
    -Eva, te quiero decir que entiendo lo que sientes por Salome, pues por lo poco que la estoy conociendo es una muchacha, bueno más bien una mujer, un poco ingenua, muy natural, sin dobleces, cariñosa, tierna y no sigo porque agotaría la totalidad de halagos posibles, y encima es con mucho la mujer más hermosa que mis ojos han visto. ...
    ... Tiene una cara preciosa y un cuerpo que invita a la lujuria más desenfrenada, en fin, que hasta yo creo que podría acabar enamorándome de mi propia hermana si llegase a corresponderme, cosa improbable por cómo te mira a ti.
    
    -Y creo que tu misma eres bastante similar a ella, o más bien ella es igual que tú, - continue hablando e interrumpiendo algo que las dos querían decirme – cosa que no puedo contrastar dada la vestimenta que usas, pero por lo que me ha dicho la muchacha de la tienda que os ha atendido, tienes la misma talla que Salome, lo que quiere decir que debes de estar con unos pantalones ajustados, tan buena o quizás incluso más que ella porque ya estas totalmente desarrollada. Y os diré que me sentiré orgulloso de compartir con vosotras nuestra casa, porque para mí esta casa es de los tres, y quizás lo único que me duele es no poder amaros a vosotras igual y con la misma serenidad y despreocupación con que lo hacéis vosotras. Y ya que supongo que renunciaras a tus votos, solo te doy la bienvenida a tu nueva casa.
    
    Sin esperármelo, ambas en un arranque de euforia se lanzaron sobre mí y me dieron besos por toda la cara, incluidas las orejas, la nariz e incluso los labios, y cuando terminaron se quedaron mirándome allí de pie delante mío como esperando algo, que yo no era capaz de imaginar, y solo se me ocurrió decir:
    
    -Por cierto, y espero que me perdonéis por la libertad que me he permitido, pero os he dejado unos regalos sobre vuestras camas, aunque supongo ...