1. Mi hermana novicia y mi tía monja


    Fecha: 11/10/2025, Categorías: Incesto Autor: Viejo Intrepido, Fuente: TodoRelatos

    ... yo por lo menos voy a dormir quince horas, hasta que amanezca mañana, el día que nos guste o no, va a empezar una nueva forma de vida para todos nosotros, aunque para mi sea, como dice Caín efímera, por solo por unos meses.
    
    Así lo hicimos, y pese a que, por lo menos a mí me costó conciliar el sueño, una vez que lo hice dormí hasta que me despertaron los primeros rayos de luz que entraban a través de la persiana ya que por las mañanas el sol daba de pleno en mi ventana. Me levante casi aturdido, aún no acababa de asimilar el fallecimiento de mi padre, y aún acostado rememore los acontecimientos de lo ocurrido desde el óbito. Pero lo que me tenía realmente intrigado era la conversación que habíamos tenido en la comida, pues no era normal que hubiese derivado a algo de índole sexual, tampoco era lógica nuestra postura, ya que más bien tendríamos que haber comentado anécdotas de nuestro recién fallecido progenitor, o bien que planes de futuro podíamos trazar, si debíamos o no acatar las instrucciones del tío mandón, cosas por la que me había costado conciliar el sueño el día anterior, a pesar de las pocas horas que había dormido las cuarenta y ocho precedentes y la falta de descanso.
    
    A pesar de la temprana hora, me levante dispuesto a reiniciar mi vida, ahora junto a mi hermana, a la que estaba dispuesto a convencer de que dejase el convento y no jurase los votos, y al parecer también, por lo menos de momento, junto a mi tía ya que esta no se había pronunciado sobre su ...
    ... vuelta al convento, pues daba la sensación de que acataría sin oponer resistencia las órdenes de mi otro tío. Decididamente baje a la cocina para recoger y limpiar los platos de la comida del día anterior que se quedaron en el fregadero y prepararme el desayuno, para después hablar con Salome y con Eva, y enterarme de cuáles eran los planes de futuro de la más joven y saber cuándo pensaba volver a sus obligaciones la monja, si es que realmente sabia cuando iba a hacerlo. Nada más llegar a la planta baja, me sorprendió el olor a café que provenía de la cocina en aquella temprana hora, pero al entrar me sorprendió aún más ver todo recogido y limpio, aunque no había rastro de la que lo había hecho, y procedí a ponerme un café y me preparé unas tostadas dispuesto a desayunar y averiguar más tarde cuál de las dos se había esmerado en dejarlo todo tan recogido y limpio.
    
    Estaba a punto de empezar a desayunar cuando entro en la cocina Salome de nuevo vestida con una ropa horrorosa, pues sus hábitos de novicia eran casi como los de una monja del siglo XV, y tras darla los buenos días le pregunte si quería desayunar lo mismo que yo, pero me contesto que ella y sor Manuela ya habían desayunado hacia rato, pues se habían levantado al amanecer como hacían en el convento, y que estaban limpiando el salón. Tras coger un cubo volvió a salir dedicándome una encantadora sonrisa y una emotiva mirada con sus enormes y preciosos ojos verdes. Cuando termine de desayunar, y viendo lo recogido que ...
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