1. Mi hermana novicia y mi tía monja


    Fecha: 11/10/2025, Categorías: Incesto Autor: Viejo Intrepido, Fuente: TodoRelatos

    ... estaba todo, no dude en lavar la taza, el plato y los cubiertos que había usado para que quedase todo igual a como me lo encontré, y me fui en busca de mis dos nuevas compañeras de vivienda para hablar seriamente con ellas.
    
    Me sorprendió ver que acababan de fregar el suelo del salón, y más aún al ver a mi tía con una ropa similar a la que llevaba Salome, sin los hábitos de monja y por supuesto sin la toca, por lo que volvía a lucir su corta y rubia melena. No me atreví a entrar para no pisar y desde la puerta las observé con detenimiento. Salome a sus dieciocho años era una joven con una cara bellísima, rubia de tez blanca, unos ojazos verdes que traspasaban, y se intuía bajo sus burdos ropajes, un cuerpo perfecto. En cuanto a Eva, al mirarla con otros ojos, me di cuenta de que era muy parecida físicamente a Salome, o más bien debería ser al revés, que mi hermana hubiese salido igual de hermosa que su tía, a la que haciendo memoria le calcule treinta y dos o treinta y tres años como mucho. Entonces ante mi escrutadora mirada y una vez que terminaron fue Eva la que me dijo:
    
    -¿A qué viene esa forma de inspeccionarnos?
    
    -Nada, nada, - intente despejar de mi mente que sin proponérmelo estaba calibrando a mi hermana y a mi tía como unos posibles ligues a pesar de sus vestimentas y su parentesco – No entiendo a qué viene que vosotras estéis limpiando cuando viene una señora todos los días a hacer ese cometido. Ayer la dije que de momento no viniese, que ya la avisaría, y ...
    ... pensaba hacerlo hoy mismo. Por cierto, tenemos que hablar muy seriamente, y entre otras cosas debemos de ir al notario a que nos lea el testamento. Estamos citados mañana a las once.
    
    -Yo no tengo por qué ir, - dijo Eva – Cuando fallecieron mis padres, vuestros abuelos paternos, le dejaron todo a vuestro padre, a excepción de la parte legitima que me correspondía y a la que ya en vida de mi padre renuncie, por lo tanto, con que vayáis vosotros dos es suficiente.
    
    -Pues a mí me gustaría que vinieses, y si es posible que recuperes lo que es tuyo, - dije completamente convencido – Y por si eso fuese posible, le preguntaremos al notario los pasos legales a seguir.
    
    -Supongo que esa es una de esas decisiones que tú llamas lógicas, y que yo catalogaría de justas. - me dijo mi tía mirándome con curiosidad – Pero debes de saber, pues así me lo dijo mi hermano, que la parte de tu hermana será solo la legitima, incluso pretendía que Salome firmase al igual que yo la renuncia de ese derecho, cosa que no se ha llegado a hacer porque hasta la semana que viene es menor de edad.
    
    -¡Joder! – exclame yo asombrado - ¿Pero qué clase de familia es la nuestra? Si parece que por sus formas estuviésemos en el siglo dieciocho, o más bien en la época de la santa inquisición.
    
    -Bueno, por lo menos vosotros podéis arreglarlo, - me sonrió con afecto Eva – En la aceptación de la herencia tú puedes, o eso creo, renunciar a lo que exceda del cincuenta por ciento a favor de tu hermana, a no ser que ...
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