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Mamá follando desnuda en la playa
Fecha: 16/10/2025, Categorías: Incesto Autor: elquefolla, Fuente: TodoRelatos
... nuestro reiterativo sobe con crema. Me puso tanto manosearla a placer las tetas y los pezones que a punto estuve de correrme sin tocarme. Desde luego quemarse ya no se quemaría, pero correrse, sí que se corrió cuando, colocado de rodillas frente a ella, la metí los dedos entre los labios vaginales y, sobando y sobando, conseguí que poco a poco se estremeciera, gimiera y suspirara y, por fin, se corriera en mis manos. Tan concentrado estaba que no me percaté que las dos chismosas volvieron a pasar al lado nuestro y, si dijeron algo, no me percaté. Solo me enteré que habían pasado cuando las vi caminar en sentido contrario al de antes y ahora de espaldas a donde nosotros estábamos. Estaba ahora mi madre tan pringosa que se resbalaba de nuestras manos, así que “el polla gorda” me dijo que le ayudara y, abrazándola él por detrás y yo por delante, hicimos un sándwich con ella en medio. Mi cipote erecto resbalaba sobre el vientre de mi madre por la cantidad de crema que llevaba. Me di cuenta que el tipo la había penetrado por detrás cuando mi madre abrió de pronto mucho los ojos y la boca, emitiendo un ligero chillido ahogado. Yo hice lo propio y, dirigiendo mi miembro a la entrada a su vagina, la penetré hasta el fondo y, mientras “el polla gorda” la embestía por detrás, follándosela, yo hacía lo propio por delante, embistiéndola también y soportando también las más bestiales de él. Mientras nosotros resoplábamos sin dejar en ningún momento de follárnosla, ella ...
... chillaba de placer. Alcanzó ella primero el orgasmo y, como “el polla gorda” y yo todavía no lo habíamos logrado, continuamos embistiéndola con más energía que antes. Ella lejos de chillar de dolor, enseguida empezó a gemir y suspirar de nuevo, alcanzando por segunda vez el orgasmo al mismo tiempo esta vez que nosotros. Ya sabía que era multiorgásmica, pero pensaba que pasaría más tiempo entre uno y otro. ¡Podía encadenar un orgasmo tras otro! ¡Qué suerte! Todavía con nuestra polla dentro de su cuerpo, observé sus voluptuosos labios al alcance de mi boca y los besé, los besé con pasión, metiendo mi lengua entre ellos, entrelazando con la de mi madre que, sorprendentemente, lejos de rechazarme, se mostró activa, muy activa. Morreando con pasión, al desmontarla “el polla gorda” por detrás, se escurrió de mis manos, cayendo a cámara lenta al suelo. Bocarriba como estaba sobre la blanca arena, no estaba yo dispuesto a apagar mi pasión tan repentinamente, así que, tumbándome bocabajo sobre ella, fundimos nuevamente nuestras bocas, morreando. Y mientras mi lengua se entrelazaba con la de ella, mi cipote entró nuevamente en acción, y, restregándolo por la entrepierna de ella, encontré la entrada a su vagina y la penetré. La escuché no solo suspirar, sino que lo sentí en mi interior, y, sin dejar de buscar su boca, me la empecé a follar. Subiendo y bajando, adelante y atrás, utilizando la fuerza de mis piernas, de mis caderas, de mis glúteos, me la fui follando sin dejar ...