La Vecina es la Perra de la Fiesta - Relatos Eróticos

La Vecina es la Perra de la Fiesta

... zorra de su vecina.

Era el gran placer a los ojos de su amigo Agustín, eso él lo sabía, pero no pudo negarse a esa belleza. Era entrada en carnes, claro, pero su piel y ojos eran hermosos, sus tetas gordas y apetecibles, su cabello rojo con puntas rubias lucía con coletas y ese disfraz de sirvienta lograba que toda esa situación fuese más erótica. Pero lo que hicieron que sus orejas comenzaran a tornarse coloradas eran esos piercing coronando esos pezones en esas grandes tetas. Si tuviese que imaginar a una mujer de ese condominio con piercing en los pezones, Natalia sería la última por la que hubiese apostado.

“Upa” exclamó para su interior el muchacho.

El viejo se la seguía metiendo, sin reparar en ese intruso, pero los ojos de ella se estremecieron cuando ambos hicieron contacto visual. Ella solo atinó a enterrar su rostro contra el piso, apretando esas gordas tetas y Martín pudo intuir la enorme vergüenza de ella al verse descubierta. A pesar de eso, no se sacó ese pulgar de la boca, este seguía dentro y soltaba algo de baba por la comisura de sus labios. Ese cuerpo se agitaba, por lo que el muchacho intuyó que seguía gimiendo de placer...

“Hora de irse”se dijo Martín.

...el muchacho entendió que no debía seguir tentando a su suerte y rápidamente se alejó de ahí con su corazón latiendo a mil por hora y sus orejas rojas tanto por la vergüenza, como la excitación.

“Este condominio está lleno de putas... que buen ojo, tío abuelo, que buen ojo” se dijo el muchacho, permitiéndose esbozar una sonrisa y sacándose algo de sudor de la frente.

CONTINUARÁ...

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