El círculo. Cap.31. Todo depende de tí - Relatos Eróticos

El círculo. Cap.31. Todo depende de tí

... cobija delgada. Ximena estaba en el otro sillón, boca abajo, con una almohada entre los brazos.

El televisor apagado. Dos platos con restos de pasta sobre la mesa. La botella de agua abierta. El ambiente tibio, como de nido cansado.

Damián se detuvo un momento a verlas. Dos de las personas más importantes de su vida. Pensó en el hijo que no tuvo. Y en ellas. Y en cómo el mundo se encargaba siempre de enseñarle que la ternura era un lujo que se pagaba caro.

No quiso hacer ruido. Caminó descalzo. Fue a la cocina. Abrió la alacena.

Miró el whisky. Lo pensó. Luego la cerró.

Subió despacio las escaleras. Se quitó la ropa en el cuarto sin encender la luz. La dejó caer al suelo como una piel que ya no le servía.

Fue al estudio. Encendió apenas una lámpara. Abrió el cajón. Ahí, entre papeles, encontró el anillo que Helena le había dado. Lo tocó con la punta de los dedos. Y entonces supo: mañana no habría retorno.

Sobre el escritorio, entre papeles y sobres, había una foto: Abril, de frente, con un pareo y un bikini azul, con una playa griega a la espalda, una sonrisa en la boca.

Damián la levantó. La miró. Tenía los ojos cansados. Las manos pesadas. La memoria revuelta.

La acercó a la boca, como quien habla con los muertos.

—Todo depende de ti.

En ese instante, pensó que quizá eso era lo más parecido a un hijo que tendría jamás: una causa rota, lanzada al mundo, esperando no morir sola.

Apagó la luz. Y se fue a dormir.