Presa escurridiza - Cap 12 - Relatos Eróticos

Presa escurridiza - Cap 12

... lo que quedaba de su cerveza. Estaba caliente, pero era cerveza, después de todo. "Quedaos aquí," comentó y se levantó. "Vuelvo en un rato," les dijo. "Mientras tanto, vosotras descansad. Hay un largo camino para volver a la ciudad."

Se sentía un poco culpable por salir corriendo y dejarlas allí, pero no tan culpable como para volver. Serían presa fácil tanto si estaba con ellas como si no. Tal vez encontraran excitante ser perseguidas y vueltas a capturar.

Aquello había sido ayer por la mañana. Había vuelto a su colina con las latas que había guardado para sí misma y las había escondido allí. Para entonces, se sentía cansada, por lo que se había acurrucado en su escondite favorito para echarse una siesta.

Había sido el ruido de un helicóptero lo que la despertó, bien entrada la tarde. No había oído ningún avión antes de aquel y su primer pensamiento fue que ellos... fueran quienes fueran "ellos"... lo estaba usando para cazarla. Pasó unos cuantos minutos ansiosa manteniéndose a cubierto y tratando de determinar de dónde venía el ruido. Pero el ruido no se acercaba nunca, y finalmente se desvaneció.

Más tarde, al anochecer, había oído al helicóptero de nuevo. Bueno, oyó un helicóptero. Podría no haber sido el mismo. Esta vez, pasó precisamente sobre su cabeza. Lo más que podía decir, era que se dirigía hacia Gordburg desde las proximidades de la granja. Se preguntó qué significaba todo aquello y extendió la mano para tocarse la oreja. ¿Podrían localizarla ...

... usando aquel chip implantado allí? Tal vez pudieran, pero le parecía espantoso, era como hacer trampa. El ruido del helicóptero se desvaneció, y pensó que podría ser una buena idea cambiar de sitio... por si acaso. Recogió la manta y un par de latas y se metió en el bosque.

Ahora era casi la noche del día siguiente. Su incursión nocturna en la granja había roto su ciclo de sueño habitual, y ahora se sentía con sueño casi todo el tiempo, sin que importara cuántas siestas se echara. No había visto ninguna señal de que alguien la estuviera buscando, pero en lugar de aliviar su mente, la hacía sentirse alterada. El año anterior no había visto a nadie que la siguiera, hasta que habían saltado sobre ella en la trampa y cuando ya era demasiado tarde para hacer nada al respecto. También se sentía aburrida. No había nada que hacer aquí en el bosque, a excepción de moverse o no moverse y no había nadie con quien hablar. De alguna manera ahora echaba de menos a Paula y Melissa, pero probablemente ellas estaban ahora ocupadas haciendo otras cosas... o que les estuvieran haciendo cosas a ellas. Podía imaginar la hermosa boca de Paula chupándole la polla a un hombre en aquel momento.

Incluso echaba de menos a Lane. Aquella mujer era interesante... daba un poco de miedo, tal vez, pero sabía abrirse camino en el cuerpo de otra mujer. La memoria le trajo un estremecimiento reflejo y un breve rubor cálido. Suspiró aburrida y lanzó otra piedra a la corriente. Llevaba mucho, mucho tiempo aquí ...