Papito (II) by Francesca Duval
Fecha: 07/03/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... pene de papito, exprimiéndolo, mientras nos comíamos nuestras bocas para no gritar, ya que tuve otro orgasmo, en el momento que mi papito se vació, dentro de mi intestino, papito se acostó un poco cruzado a mi cuerpo, y me la fue sacando despacio. Cuando salió toda de mi culito, se quedó quieto, acostado de espaldas, mientras me acariciaba mi rostro y mi pelo, yo me senté á duras penas su lado, todavía muy agitada y excitada, y agarrándolo con las dos manos, chupé su hinchado y morado pene suavemente, sintiendo en mi boquita el sabor de su sexo y mis jugos, y por mi nariz entraba el penetrante olor de su sexo y el mío, en una mezcla que llegaba hasta mi cerebro, excitándome aún más. Me tragaba todo lo que tenía el lubricado y erecto pene de mi papito, hasta que se lo dejé reluciente y brillante, con mi saliva. Sentí que se le ponía duro de nuevo. Papito me preguntó si me lo quería meter en mi chuchita, y le dije que si, parándome y sentándome luego, con las piernas abiertas encima de su barriga, me lo fui enterrando de a poco, hasta que llenó toda mi estrecha y mojada vaginita, coloqué las manos sobre la dura barriga de papito, y comencé a cabalgarlo como a él le gustaba, y a mi me encantaba, y me lo estuve cogiendo un buen rato, hasta que entre suspiros, resoplidos y quejidos, los dos terminamos, y sentí su semen derramarse en el fondo de mi vagina, y su amado pene palpitar, apretando las paredes de mi torturada vaginita, mientras me llenaba de su caliente esperma, la ...
... ardiente cavidad vaginal, que lo apretaba y exprimía. Me recosté en su pecho, y nos quedamos quietos y callados un rato largo, mientras recobrábamos el aliento, y sentí como el pene de mi papito se encogía dentro mío, y como resbalaba, escapándose y saliendo fuera de mi chorreante vagina. Al rato nos levantamos desnudos como estabamos, y papito me llevó alzada, en sus fuertes brazos a su baño, y me ayudó a lavar mis partes intimas, y á sacar los restos de semen de mi chuchita y de mi culito, luego nos vestimos y nos fuimos a la casa.
Durante todo el viaje me recosté sobre él, y conversamos sobre lo que hacíamos, y papito me preguntó si no estaba arrepentida, ó con culpa por lo que hacíamos, le contesté que para mi era lo más normal, y lo mejor que me había pasado en mi corta vida, el poder hacer el amor con él, y que siempre me consideré su mujer, y que no me podía imaginar otra forma de declararle el amor que sentía, y que no solo era mi papito, sino mi vida entera. Papito paró el auto, a un costado de la calle, y me besó tiernamente en la boca, y me dijo que lo volvía loco, y que me amaba con todo su corazón, y que solo viviría para mi. A partir de ese día, con papito hacíamos el amor en su oficina, en esa hora que teníamos para nosotros, tres noches a la semana, y dejamos de hacer el amor en la casa, ya que cada día se volvía más peligroso, y solo los fines de semana, mi papito me visitaba en la madrugada, en mi cama, y me hacia el amor en silencio, y luego se marchaba al ...