1. Papito (II) by Francesca Duval


    Fecha: 07/03/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... y de reojo lo miraba y recordaba lo que acababa de ver en el balcón del Hotel, y sentía mucha rabia contra mi tía, y contra papito. Nos dirigimos hacia el departamentito, y cuando llegamos, yo le dije que no quería subir, me sonrió, y me dijo que quería hablar conmigo, que era hora de que hablemos de muchas cosas que yo no sabía, y que como yo ya estaba grande podría comprender, y entender lo que me tenía que contar, que si lo amaba como decía, lo tenía que escuchar, ya que me aclararía todas mis dudas y me daría mayor seguridad en el amor que papito sentía por mi. Mi enojo continuaba, pero comprendí lo que me quería decir, bajé con él, y nos encaminamos al Departamentito, no hablamos hasta que estuvimos dentro, luego papito me hizo sentar en el sofá del living, y él se sentó a mi lado, pero un poco retirado, yo lo miré a los ojos interrogándolo con la mirada y el comenzó a hablar.
    
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    Hijita, cuando tenía 6 años, y tu tía apenas tres y medio años, vivíamos con nuestros padres y otras hermanos menores. Tu tía y yo éramos fruto, del primer matrimonio de mi padre, y mis hermanos menores de 3, 2, y 1 años, eran hijos de la segunda mujer de mi padre. De mi madre no recuerdo casi nada, ya que se escapó con otro hombre cuando yo tenía 4 años, y mi hermana estaba muy chiquitita, y nunca supimos que fue de ella. La casa en la que vivíamos era pequeña para todos, porque éramos muy pobres, así que en un cuarto dormía mi padre con nuestra madrastra, y el más chico de mis ...
    ... hermanastros. En el otro, en dos camas dormíamos, en una mis hermanastros, y en la otra mi hermana y yo. Mi padre nos hizo trabajar desde chicos. Cuando cumplí 7 años, con mi hermana salíamos por las tardes, a vender dulces que hacía mi madrastra, comíamos muy mal en casa, por lo que acostumbramos a guardarnos algo de comida que conseguíamos en la calle, y por la noche cuando todos dormían, yo despertaba a mi hermanita y comíamos en silencio, acostados en la cama, luego mi hermanita me abrazaba y nos dormíamos satisfechos. Mi hermanita siempre estaba cansada, ya que desde sus tres añitos salió conmigo a las calles, y me ayudaba á vender.
    
    Con el tiempo mi madrastra se acostumbró a tratarnos mal, y muchas veces nos levantó la mano, y también nos hacía castigar con nuestro padre. Así que por la mañana la escuela, y por las tardes la calle, eran para mi hermanita y para mi, una forma de escapar del infierno, en que se había convertido para nosotros nuestra casa. Desde que recuerdo, siempre fui para mi hermanita, como un padre, y la madre que nunca conoció.
    
    Un día en que regresábamos, con mi hermanita, después de vender los dulces de mi madrastra, ya entrada la noche, vimos a una pareja que hacía el amor. En ese entonces yo tendría como 8 años, y mi hermana 5. A mi hermanita le vinieron ganas de orinar, y la llevé a un lote baldío en una calle oscura, yo me quedé sobre la calle, y mi hermanita entró por una senda, entre los matorrales, hacia adentro del baldío. Al rato salió ...
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