1. El harén del sacerdote (parte 1)


    Fecha: 09/09/2025, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: JuliánTorresV, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... su despacho. Ellos obedecían y las mujeres en cuestión obedecían al instante despidiéndose de su familia o con quien vinieran e iban al despacho de Teodoro. Al principio no me llamó la atención pero luego vi que esto ocurría siempre luego de cada servicio y con mujeres distintas aunque tenía una que otra que llamaba más a menudo y estas eran las más guapas.
    
    Un día que me salté de nuevo el catecismo vi que Adelina, la nuera del señor Rubén que era el riquillo de la colonia, caminaba discretamente hacia el despacho de Teodoro. Acababa de casarse con Leonardo, hijo de Rubén, y apenas tenía un mes congregándose. Se veía que andaba en sus veintes.
    
    La curiosidad me ganó aquella vez y quería saber para qué llamaría a una recién congregada como ella, así que salí de la parroquia y la rodeé para ver si había una ventana o algo que diera a la sacristía donde espiar, cuando la vi simplemente apilé unos huacales vacíos y me subí con cuidado, apenas y podía asomar media cabeza pero fue lo suficiente para ver lo impensable.
    
    Teodoro estaba sentado en una butaca mirando al techo con la cara desfigurada de placer, sus visajes eran morbosos y es que arrodillada en medio de sus piernas estaba Adelina con la blusa levantada dejando al descubierto unos generosos senos firmes y redondos sin sostén que los cubriera. Adelina estaba afanada en lamer y besar la verga de Teodoro pasándole la lengua desde la uretra  hasta el escroto y escupiéndola para luego masturbarla con facilidad. Teodoro ...
    ... jaló la blusa y Adelina alzó los brazos para mostrarle el torso desnudo al nimio sacerdote, ya sin impedimento Adelina arropó la verga entre sus turgentes senos y los apretó por los costados para frotarle la verga para deleite del tipo. Adelina se encargó de masturbarlo con las tetas y lenguetear el glande acompasadamente hasta que en menos de 10 minutos el vejestorio eyaculó salpicando de guasca la cara, cuello, y tetas de Adelina, ella ni se inmutó y le dió un ultímo chupetón al glande para limpiar los residuos de semen y deglutirlos enseguida. Luego se levantó y se quitó la guasca en una jofaina de la habitación y después secarse con una toalla adyacente, se vistió y antes de retirarse Teodoro la santiguó ceremoniosamente y se despidió de ella con un beso en la mejilla.
    
    Aquella escena me dejó anonadado y también experimenté la primera erección de mi vida, tenía ganas de acariciarme la macana pero en aquél momento me cohibí. Bajé con cuidado y me colé de nuevo en la iglesia como si nada. Naturalmente a mamá no le comenté nada, quise ignorar la anécdota pero la siguiente vez que vi plausible saltarme la catequesis esperé con ansias ver quien sería la siguiente en visitar a Teodoro. Resulta que fue Diana, la esposa del médico de la colonia quien estaba entre las más fanáticas de la congregación y siempre gestionaba las festividades o donaba a la parroquia; tendría unos 37 años y era madre de un monaguillo miembro del coro. Cuando la vi dirigirse al despacho de inmediato ...
«12...4567»