1. El harén del sacerdote (parte 1)


    Fecha: 09/09/2025, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: JuliánTorresV, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... corrí a espiar, siempre tardaba porque tenía que acomodar los huacales otra vez y al asomarme mi pene reaccionó al instante. Teodoro sentado sobre su catre orlado con variopintas telas recibía los sentones de Diana quien yacía totalmente encuerada y montada a horcajadas frente a él, mientras subía y bajaba sus caderas sobre la verga. Teodoro le magreaba las nalgas y mascullaba quién sabe qué cosas pues la ventana estaba cerrada y no oía nada. La mujer hacía todo el trabajo pues sus sentones determinaban todo el ritmo de la cogida ya que el padre no se movía lo más mínimo. Duraron apenas unos cinco minutos así hasta que Teodoro le apretó el culo con vigor para bajar sus caderas y que su vagina se la tragara entera, el cura hizo muecas de éxtasis y Diana se quedó quieta hasta que él vació sus huevos en su interior. Sin más la mujer se irguió y la flácida verga del cura se deslizó con ridícula facilidad de su vagina, la tenía pequeña y sin circuncidar, cosa que aumentaba su pequeñez.
    
    Diana entró a la ducha de la sacristía con el cura detrás de ella sujetándola de la cintura. Luego de un rato ambos salieron desnudos terminando de secarse y se vistieron. El cura se despidió santiguándola y besándola de la misma manera.
    
    Yo estaba excitadísimo ya que Diana fue la primera mujer que veía desnuda y la verdad tenía lindo cuerpo excepto por la cicatriz de cesárea que había hecho que la piel del vientre se le colgara un poco.
    
    Luego de ese día espiar a Teodoro cogiendose a las ...
    ... feligresas se había vuelto una obsesión, los siguientes días lo vi con otras 5 mujeres, todas del mismo rango de edad que las previas. Aunque no a todas las penetraba, creo que solo lo hacía con las más ciegamente devotas, otras solo se la mamaban, le hacían una cubana como Adelina o incluso Paola la esposa del abarrotero solo lo masturbaba con los pies. Teodoro vertía aceite de oliva sobre su verga y los pies de Paola como lubricante.
    
    No sé qué había detrás de todo esto o como le hacía para manipularlas pero luego de jalármela varias veces presenciando aquellos espectáculos comencé a temer por mamá. Su devoción seguía aumentando, así que me propuse vigilarla y ver que Teodoro no se propasara. Se me ocurrió patrullarla durante su servicio de los viernes y la vigilé de lejos sin que me viera, en el servicio una monja les daba pláticas sobre el deber de la mujer ante Dios, cantaban y oraban, nada fuera de lo normal pero al terminar mi mamá se quedó departiendo con otra mujer mientras la gran mayoría se retiraba. Ambas avanzaron hasta el portón y, agazapado en la fila de frondosos helechos contigua al portón, escuché:
    
    —¡Ay, mana!, no sé si ya debería dar el siguiente paso de la unción, quizás me falta fe, es que sí quiero pero… estoy muy nerviosa—
    
    —No te apures Fabi, el padre Teodoro nunca nos fuerza a hacerlo. Pero es un paso necesario si una quiere alcanzar la unción máxima.—
    
    —Ay ya sé, pero ya a la hora del rito no sé cómo reaccionaré, no me creo capaz de satisfacer ...
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