1. El harén del sacerdote (parte 1)


    Fecha: 09/09/2025, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: JuliánTorresV, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... a un hombre tan espléndido y sacro—
    
    —¡Que va! Jaja, por eso no te preocupes, conque vayas bien aseada y perfumada es suficiente. El padre Teodoro es todo un caballero y él va a llegar hasta donde tu le permitas.—
    
    —Tienes razón, pero esa es la cosa, no sé hasta qué punto quiero llegar. ¿Cómo lo hizo contigo?—
    
    —Pues… no fue la gran cosa, estaba igual de nerviosa que tú. Tan solo me desnudé y él me recostó a su lado en el catre. Me besó y acarició por aquí y por allá y una cosa llevó a otra; para cuando me di cuenta ya se había venido dentro de mí. Pero como te digo puedes satisfacerlo de otras maneras, la penetración no es necesaria, solo refleja tu total entrega a un hombre de Dios—
    
    —¿Te los echó dentro? Ay Clau, es un milagro que sea estéril—
    
    —Pero no lo digas así de vulgar Fabi, todavía seguimos en el templo de Dios, y además si no lo fuera ya habría preñado a media colonia jaja—
     
    —Jajaja y todavía me juzgas con lo pelada que eres. Oye… pero… nunca te lo ha querido meter por ya sabes… detrás…—
    
    —Nooo, Fabi como crees, eso es contra natura como dice Teodoro mismo, ...
    ... incluso dentro del matrimonio solo el sexo vaginal es honroso, el oral es aceptado pero un poco a regañadientes.—
    
    —Pero ¿que no dijo también Teodoro que el sexo solo debe ejercerse con fines reproductivos?, lo repetía hasta el cansancio, y si fuera tan así ¿por qué es parte del rito que nos acostemos con él?—
    
    —Mmm, creo que no pusiste atención eh, no tenemos sexo con él, el rito se completa al hacerlo eyacular y ya. Teodoro está ungido y santificado como pocos, pero también es hombre y tiene necesidades carnales. Nosotras, como mujeres cristianas, sólo le ayudamos a aliviarse de ellas para evitar que peque con alguna mujer mundana y así mantenerlo impoluto. Además nosotras entramos en contacto con su semilla santa y eso nos eleva sobre las demás mujeres.—
    
     —Caray casi que memorizaste la prédica de Teodoro, pero sigo sin decidirme, o sea si estoy dispuesta a dejar que me vea desnuda, incluso a que me acaricie y me bese, pero no quiero ni sentir su pene, mucho menos chuparlo o tenerlo adentro. Me dan ñáñaras.—
    
    [Luego subo el resto de la transcripción y los demás testimonios] 
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