La historia de Ana (Capítulo 1)
Fecha: 15/04/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... ella ya tenía un hombre, y que yo nunca la poseería. Mientras se acariciaba con su novio parecía burlarse de la invitación que me había hecho: ella ya había hecho las paces con su pareja, y no había motivos para seguirme el juego. Quizá hasta me había invitado sólo para darle celos al tipo. Por primera vez sentí por ella un oscuro rencor. Pero no sería la última.
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Durante algunos días le hablé lo justo y necesario. No sólo me había bancado la escenita erótica con su novio, sino que después del concierto, se fue con Andrés y sus compañeros a tomar algo, pero no fue capaz de invitarme. Aunque tampoco hubiese aceptado, claro está.
Pero de a poco y sin darme cuenta, fui aflojando, y volví a tratarla como siempre lo hice, con amabilidad y ternura.
Durante varios meses tuvo con su novio muchas peleas, muchas idas y vueltas. En esos momentos yo aprovechaba para hablarle por chat. Ý ahí comencé a animarme a decirle piropos inocentes: que era muy linda, que me parecía la chica más duce del mundo, y esas cosas.
Una de esas tantas noches en donde se había peleado con su novio, conversaos hasta después de la medianoche. De a poco ese montón de capas de misterio que la envolvían iban cayendo una a una, y lentamente se convertía en alguien familiar. Al menos eso pensé en ese momento. Haciendo gala de su sinceridad, esa noche me preguntó por chat “¿por qué te hablás con Andrés?” Al principio pensé en hacerme el tonto, pero luego decidí que era mejor no subestimar su ...
... inteligencia. “¿Te molesta?” Le pregunté, mientras me acomodaba detrás de mi escritorio. Eran las doce y media de la noche. Había un silencio profundo que solo se cortaba por los autos que se deslizaban por la avenida que tenía frente al edificio. Mientras tanto, yo esperaba sentado a recibir el mensaje que ella me enviaría desde varios pisos más arriba. “Me parece medio de falso… o sea, ¿vos qué onda conmigo?” Me quedó esa pregunta palpitando ¿Vos qué onda conmigo? Me la repetía una y otra vez, buscado la respuesta apropiada. Ahora, desde la distancia, estoy seguro de que las respuestas más atinadas hubieran sido: Me calentás mucho, y ahora que tu novio no está, me gustaría subir a chuparte toda y a cogerte en todas las posiciones que conozco… Okey, quizá eso sería muy exagerado, pero hubiese sido más efectivo que decirle las pavadas que le dije: que era una chica muy especial y muy linda, que todos los días pensaba en ella, y que a pesar del respeto que sentía por Andrés, mi sentimiento era más fuerte que la culpa, y me hubiese encantado que me dé una oportunidad.
En fin, que con ese discurso cursi sólo me gané un “Gracias”, y los siguientes mensajes no fueron contestados.
Pero lo peor es lo que sucedió después. A través de la puerta de vidrio vi llegar a un tipo de unos treinta años. Era pelado, alto, y vestía un jean arrugado, y una remera de algún equipo de fútbol. Inmediatamente llamó mi atención porque los vecinos del edificio no suelen tener visitas a esa hora de la ...