Cuernos por venganza. Lola se cobró la infidelidad del marido, con su vecino
Fecha: 13/05/2019,
Categorías:
Masturbación
Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos
... bien cornudo, cogete a su puta mujer! ¡Ven, dame, dame toda mi leche!
Llamó al deseo, empujé para atravesarla, el semen llega, lo recibe gloriosa. Las últimas contracciones de su vagina aplauden al glande, cíclope que abre su único ojo, late y el chorro lácteo tapiza el ámbito vaginal. Delira frenética, se agita, se inclina y me pone sus tetotas en mi cara. Sigue montada en mí, sin dejar de observarme, los ojos color de miel, tienen una mirada suave, contemplativa, agradeciendo el momento tan sentido. Disfruta los últimos latidos de la pija dentro de su vagina, y comienza a gestar su regalo. Los movimientos vaginales sobre el miembro producen el efecto que había pergeñado: Hacer que el semen vertido en la eyaculación, sean escurridos casi en su totalidad, y fue abundante, se queden descendiendo en mi verga.
Entonces hizo algo que me sorprendió, sobre todo por ser nuestra primera ocasión de intimidad, que se inclinara y sin dejar de observarme comienza a meterse la verga en la boca y lamerse el semen que su hombre hizo por ella y en ella, terminó de lamerla toda completita.
Arrodillada, volvió a mirarse en mis ojos, las miradas eran distintas, la mía de satisfecho, ella agradecida y feliz por tantas y buenas sensaciones recibidas.
Estorban las palabras cuando los gestos son tan elocuentes. La ducha tiene las paredes vidriadas, la observo entrar y evolucionar bajo la lluvia de la ducha, extiendo el mullido toallón para darle la bienvenida al regreso del baño.
El ...
... abrazo contenido en la tela para recoger la humedad del baño, sirven para acercar cuerpos y sentimientos, creo que ese fue el instante de vincularnos afectivamente.
Sentía el deber moral de hacerle sexo oral, de hacerla sentir latir en mi boca nuevamente, ponerla otra vez en la cima de sus emociones. Esta vez el orgasmo surgió con la espontaneidad de la confianza y la habilidad de su hombre.
Es tiempo de coger, otra vez entrar en el placer de Lola, sin las tensiones y con el deseo a flor de piel, menos demora y muchas ganas nos estamos dando una buena cogida. Es tiempo de cambio de posturas, de bruces, boca abajo, me recibe en su vagina, con toda la vehemencia que esa postura nos propicia, asido de sus hombros impulsado a fondo en ella, elevo mis nalgas todo lo posible para enterrarme a fondo, con la furia propia de las calenturas que nos permite esa postura que prioriza las actitudes de dominador y someter a la hembra a la insistencia de entradas bien profundas.
—¡Esto es tuyo, toma, recibe mi leche amor! —noté que dije esa palabra mágica unos instantes después.
Después del último latido de la eyaculación, desenvainé la verga, salí de Lola. Volteó, se quedó mirándome a los ojos.
—¿Te escuchaste? —asentí con gestos— Hmmm… y un gesto moviendo la cabeza.
Se levanta del lecho, despacio, al poner los pies en el suelo, siente que el semen comienza a escurrírsele de la vagina, la mano a modo de cuchara recoge las primeras gotas del fluido vital, levanta la palma y ...