1. Josy Prostituta. El primo enseña primera lección. Parte 2


    Fecha: 16/05/2019, Categorías: Incesto Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... rincones de mi cueva, sabio en descubrir nuevas sensaciones. Tiene una mano sabia en tocar los puntos más sensibles, sabía sacar esa perra que llevé oculta, el índice y mayor dentro de la vagina, friccionando hacia arriba en cada envión, el pulgar acosa al clítoris sin pausa, haciéndome jadear, mientras con la mano libre estruja mis chichis (tetas).
    
    Maestro exigente, no deja de mirarme, domina y controla, maneja y dirige mis orgasmos, sabe cuánto y hasta donde llevarme detenerlos justo a tiempo para incrementar el deseo, dice, de ese modo estarás más cachonda, más dispuesta para entregarte a darme todo el placer que pago por ti.
    
    Se salió de mi chepa jugosa, nunca me había sentido así tan llena de jugos que sentía chapotear la gordota pija. No sabía que podía sentir tanto placer. Me voltea, acomoda de perrita, arrodillada ofreciéndome, totalmente expuesta al hombre. Con una toallita quita buena parte de mis jugos, para entrarme toda la cabezota de un golpe, tanto que me hizo doler y gemir. – ¡Así!, siénteme, goza putona. –una sonora nalgada enrojece las nalgas.
    
    Dice con voz atragantada por la exigente penetración cuánto placer le produce la brusca penetración, las nalgadas enrojecen y transmiten el efecto deseado, aumentar el goce a niveles inéditos. Le ordena moverse, sacudirse en vaivén acompañando sus embestidas. Ordena y manda, dejando su mano impresa en las nalgas, caliente sensación en la carne, excitante experiencia lleva a la enésima potencia de la lujuria. ...
    ... El hombre comienza a montarla con desesperación, urgencia y exigentes entradas, ya no ordena, ella sabe entender los gestos del macho cuando transita el último tramo del polvo, se siente transportada por su calentura, se deja domar, la mano izquierda del señor agarra sus cabellos, como riendas para sofrenarla, y esta yegua ardiendo le regala su mejor y más gritado orgasmo, fue como un grito, salido desde muy adentro, que me hacía temblar y morder la ropa de cama por el ardor y las violentas metidas de pija. No sé cuántos, pero me estremecía y sentía que los labios de la chepa informaban al señor las sensaciones, algo más calma, seguía atenta a las sacudidas de mi macho, sometiendo a su yegua.
    
    Un gemido jadeado a todo vapor, anuncia el envión de mecos, empuja más allá de los sentidos, me abre toda, vuelve a impulsarse lanzándose dentro mío. Estaba tan trastornada por las embestidas, que ni sé cuántos envíos de semen me largo, los sentía calientes y creo que hasta pude sentir el espeso fluido del hombre en su momento de gloria. Los azotes llegaron acompañando las últimas descargas, seguro que era su forma de firmar el aprobado de su primera lección.
    
    Salió de mí, tengo vivo el momento y hasta el sonido del desacople, se me hacía que me descorchaba, saliéndose de mí, dejando esa sensación de liberación y descanso. Las flatulencias lógicas por el continuo bombeo de un pistón de esa dimensión, producen las flatulencias de la vagina, sonorizan y erotizan el momento. Me obliga a ...
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