1. Espiando a mi madre y a su nuevo novio


    Fecha: 17/05/2019, Categorías: Gays Autor: FOLLADORLECHERO, Fuente: CuentoRelatos

    ... cabizbajo, inmerso en mis pensamientos rememorando que momento del pasado se hizo algo mal para llegar a esto. Intentaba entender como mi madre cambió a esta alimaña por mi padre, atento, bueno, amable y muy trabajador.
    
    A los 10 minutos, oí como mi madre me llamaba a cenar.
    
    —¡Daniel, cariño, a cenar! —Me gritó desde la cocina.
    
    —¡Voy! —Contesté.
    
    Fui hacia la cocina y, cuando entre en ella, ahí estaba mi madre, con los ojos rojos, supongo que por la congestión de tragarse el cipote a la fuerza impuesta por el animal y, al susodicho, sentado en el centro de la mesa, triunfal, como el macho de la casa.
    
    Mi madre se pudo a repartir filetes y los platos individuales con ensalada, pude observar como, la suya, estaba por encima totalmente bañada por una sustancia que, bien podría pasar por queso si yo no supiese de donde procedía.
    
    —¡Qué! ¡Tiene buena pinta la ensalada de tu madre, eh! —Me dijo dándome una palmadita en mi hombro.
    
    —Sss…iii… —Dije sonriendo como un estúpido, alzando la vista para mirar a mi madre, la cual se había puesto completamente colorada.
    
    —¿Te gusta el queso como a ella? —Me preguntó.
    
    —Bueno…sssiii… —Contesté absolutamente cohibido por la situación.
    
    —¡Pues no se hable más, toma el plato de tu madre, otro día le hago queso casero a ella, que a ella le tengo ya bien llena de su ración diaria! —El cabrón, hizo un cambio de platos, el mío se lo dio a ella y el de ella a mí.
    
    El cabronazo lo tenía todo planeado, tanto mi madre como ...
    ... yo caímos en la trampa. Ninguno de los dos sabíamos que decir, ella no podía decir que era semen, por otra parte, yo no podía decir que había espiado todo lo que habían hecho. Mi cara empalideció, mi estómago se cerró completamente. Mi madre se quedó mirando hacia la mesa, callada, con sentimiento de culpabilidad, aunque, con motivos, puesto que ella era cómplice de todo, esto no hubiese pasado si hubiese tenido el valor de negarse a ello.
    
    —¿No lo pruebas? —Me dijo sonriendo —¿Quieres que primero lo pruebe tu mamá? ¡Bien! —dijo el macarra agarrando el tenedor para pinchar un buen trozo de tomate totalmente impregnado de semen espeso y caliente.
    
    Mi madre, mirándome fijamente, como queriéndome pedir perdón de forma telepática, abrió la boca como una autómata, tragando todo lo que le dio.
    
    — ¿Ves? ¿A que estaba rico, cielo? —Preguntó con cierto grado de ironía a mi madre.
    
    —Sus…ssiii… —Contestó de forma casi inaudible.
    
    —¡Pues venga, ahora tú! ¿O desprecias nuestra cena?—Me dijo de forma autoritaria.
    
    —Nooo…claro que no… —Contesté intimidado por su tono imperativo y casi agresivo.
    
    Ante tal situación, comencé a comer la ensalada, debatiéndome entre las nauseas o morirme allí mismo, aunque preferí las nauseas, ya que cuando acabé, fui derecho al baño a intentar vomitar, aunque sin lograrlo. Al final me quedé con el semen de asqueroso animal en mi estómago, digiriéndolo.
    
    Cuando salí del baño me crucé con él, el cual iba a mear.
    
    —Oye, chaval, siento haberme ...
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