1. La historia de Claudia (8)


    Fecha: 21/12/2019, Categorías: Infidelidad Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... obedecer.
    
    -Sí, supongo que es así. –dijo Laura. -Ésa es mi fantasía, que alguien me domine tanto que yo no pueda ni pensar.
    
    -Con la señora esa fantasía se te va a convertir en realidad. No te imaginás lo dominante que es. –le aseguró Claudia justo cuando el taxi se detuvo y el chofer les dijo:
    
    -Bueno, aquí estamos.
    
    Claudia pagó, bajaron, tocó el timbre y mientras esperaban la chica le preguntó:
    
    -¿Tan dura es la señora?
    
    -Durísima, cruel, perversa. Ya la vas a conocer. –le contestó cuando la puerta se abría.
    
    Blanca se hizo a un lado para dejarlas pasar, posó en Laura una mirada caliente, posesiva, y dijo adelantándose:
    
    -Vamos al comedor.
    
    -Sí, señora. –dijo Claudia, que se había acostumbrado a responder de esa manera cada vez que Blanca le daba una orden.
    
    Ya en el comedor la señora se sentó en el sofá y miró de arriba abajo a la rubiecita, que con la vista clavada en el piso se retorcía nerviosamente las manos.
    
    -Buena cacería, Claudia. –dijo.
    
    -Gracias, señora.
    
    -Y vos vení acá. –le ordenó a Laura, que vestía una camisola celeste abierta sobre una remera blanca y un jean azul. La chica se le acercó mirando al piso y Blanca comenzó a interrogarla mientras Claudia permanecía de pie con la cabeza gacha, las piernas juntas y las manos atrás.
    
    Le preguntó el nombre y la edad y después si vivía sola.
    
    -No, señora. contestó la rubiecita. –Vivo con mis padres.
    
    -¿Tenés hermanos?
    
    -Soy hija única, señora.
    
    -¿Novio?
    
    -No, señora.
    
    -¿Los ...
    ... tuviste?
    
    -Sí, señora, tuve dos.
    
    -¿Te cogían?
    
    -El segundo sí, señora.
    
    -¿Te daba por el culo?
    
    -Sí... sí, señora.
    
    -Ésta –le dijo la señora con una sonrisa y señalando a Claudia –tenía el culo virgen y yo se lo estrené. -Es una lástima que no pueda hacer lo mismo con el tuyo. Espero que no lo tengas muy abierto.
    
    La jovencita enrojeció ante la crudeza del lenguaje que había empezado a utilizar Blanca y dijo en voz baja:
    
    -No, señora, fueron... fueron apenas dos veces.
    
    -¿Cuánto tiempo hace?
    
    -Dos años, señora.
    
    -¿Y después no saliste con ninguno más?
    
    -No, señora, no volví a tener novio.
    
    -Bueno, ya se te debe haber cerrado.
    
    "¡Qué brutal es! –pensó la chica. "Claudia tenía razón..."
    
    Blanca le ordenó entonces quitarse las zapatillas y las medias y le dijo a Claudia que la desnudara. La joven lo hizo con lentitud, solazándose en la contemplación de cada una de las partes que iba dejando al descubierto. Sus manos temblaban cuando le sacó el corpiño y por último la bombacha negra y diminuta. Las mejillas de Laura eran como brasas ardiendo de vergüenza y excitación.
    
    Blanca hizo volver a Claudia a su lugar y enseguida le ordenó a la rubiecita que diera una vuelta lenta sobre si misma con los brazos a los costados. Contempló cachonda sus tetitas paradas, sus piernas largas, de rodillas finas y muslos bien torneados, cubiertos por una suave pelusita rubia apenas perceptible sobre la piel clara y tersa, su culito redondo, empinado y carnoso. Cuando ...
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