1. Tatiana Cap II: Juegos Lujuriosos


    Fecha: 16/09/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: dantestr, Fuente: RelatosEróticos

    ... se cerraran sin sacarles algún provecho.
    
    ―Mira mi niña―le dijo tomándola de las manos y mirándola a los ojos―. ¿Acaso tú no harías lo mismo por una amiga?, ¿no harías lo mismo por mí?
    
    ―¡Uy!, pero si tiene toda la razón, señora Marta. Yo haría lo que fuera por usted, se ha portado tan bien conmigo que no podría negarle mi ayuda en caso de que la necesitara.
    
    ―Entonces no se hable más querida. Los días que venga te ayudaré con tu problema como pueda. Eso sí, te advierto que debe venir Benito a examinarte cada cierto tiempo y realizar el tratamiento completo como lo hizo ayer―señaló Marta.
    
    ―Más pena me da con don Benito―dijo Tati―. Él apenas me conoce…
    
    ―No pienses en eso, preciosa. Benito es un buen hombre y sabe que tú eres mi mejor amiga. Le cuento tanto de ti, que es como si te conociera igual que yo.
    
    La mente oportunista de Marta supo que era el momento preciso de tirar el cebo.
    
    ―Además le hace bien tu leche―aseguró.
    
    ―¿Cómo es eso? Él ya no es un bebé―se rio Tatiana.
    
    ―Ay, mi niña, si supieras―soltó con calculada congoja.
    
    ―¿Saber qué?―preguntó la joven mucho más seria―. Ande, dígame, no me puede dejar así de preocupada.
    
    ―Yo y mi gran bocota―se recriminó Marta. Simuló complicarse un momento. Cuando detectó la insistencia en la mirada de Tatiana continuó―. Él sufre de ataques de ansiedad que afectan sus nervios, es ya mayor y eso a la larga puede afectarle el corazón. Por eso ayer te suplique que le pidieras que se bebiera tu leche, porque está ...
    ... llena de proteínas que le pueden hacer bien.
    
    ―Lo siento mucho―la consoló Tati acariciando su brazo―. Pero no se preocupe que lo obligaré a tomarse toda mi leche cuando venga por las sesiones del tratamiento.
    
    ―Gracias, amor, no esperaba menos de ti. Pero él puede ser tan terco a veces. El doctor le dijo lo que tiene que hacer para calmar su ansiedad, pero él insiste que no debe hacerlo.
    
    ―¿Por qué?, ¿es un remedio o un procedimiento muy caro?
    
    ―No, nada de eso. Es un poco más complicado―le explicó Marta, de nuevo mostrándose reacia a contarle.
    
    ―Señora Marta. Usted no se va de aquí hasta que me explique.
    
    ―Sí, está bien. Mira…―se detuvo un momento, como buscando las palabras adecuadas―…así como Pedro, tu marido, siente cierto rechazo por la situación de tus pechos; a Benito le pasa algo parecido pero al revés. Él necesita o, mejor dicho, ansia algo que lamentablemente yo no le puedo dar.
    
    ―¿Qué cosa?
    
    ―No es algo, sino más bien una experiencia, una fantasía… una fantasía intima.―confesó Marta notoriamente incomoda.
    
    ―¿Y qué es tan raro que usted no quiera hacer?
    
    ―No es que no quiera, sino que no puedo―dijo Marta tomándose las bubis en un gesto de exasperación―. Y no es raro para nada, no es violento ni sucio. Por lo mismo le he dicho muchas veces que se anime a buscar a alguien que pueda complacerlo. Por su salud le digo que por ultimo le pague a otra mujer. Pero él insiste que nunca me haría algo así.
    
    ―Es un buen hombre don Benito―dijo Tatiana―. Pero, ...
«12...91011...15»