1. Tatiana Cap II: Juegos Lujuriosos


    Fecha: 16/09/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: dantestr, Fuente: RelatosEróticos

    ... vecinos.
    
    ―Pero querida… acaso no te dije ayer lo complicado que puede llegar a ser para algunos hombres este tipo de problemas―la reprochó cariñosamente.
    
    ―Lo sé, señora Marta. Pero quería probar―se disculpó Tatiana―. Quizá convencerlo de que él siguiera con el tratamiento. Y así no abusar de la buena voluntad de don Benito.
    
    ―¡Ay! Pero que cosas dices―la reprendió Marta, empujándola para que se diera vuelta y quedara frente a ella―. Para nosotros en un placer ayudarte, ya te lo he dicho muchas veces. Eres mi amiga más querida y desde ya te digo que, quieras o no, Benito y yo seguiremos ayudándote en lo que necesites.
    
    Tatiana se llevó las manos al pecho, emocionada, y sorpresivamente la abrazó.
    
    ―¡Gracias!, señora Marta. No sabe cuánto significa para mí contar con usted.
    
    Marta devolvió el abrazó rodeando el dorso desnudo de la inocente rubia y presionando los gloriosos senos llenos de leche contra los suyos propios. ¡Que delicia habría supuesto haber estado también en toples!, pensó; que increíble habría sido sentir el apretón de sus pechos contra los de Tatiana, el roce de piel contra piel y el encuentro de sus pezones. Tuvo que reprimir el impulso de sacarse la blusa y el sostén, y restregar con pasión sus acalorados cuerpos. Se alivió pensando que solo era cosa de tiempo para poder llegar a eso; sabía que era el momento de la resignación. Todo iba viento en popa y no podía echarlo todo a perder por un arranque de lujuria. ¿Pero quizá una pequeña ...
    ... probadita?
    
    ―Ya está bien―dijo separándose de Tatiana―. Pero debes prometerme que no le insistirás a Pedro con eso. Recuerda lo que te dije: hoy solo siente rechazo por la leche de tus mamas; pero si insistes y él, por amor, cede; podrías ocasionar un daño irreparable a sus relaciones íntimas en el futuro―sentenció, adoptando una postura severa frente a la afligida joven.
    
    ―Sí, señora Marta, se lo prometo.
    
    ―Así me gusta, mi niña. Con la frente en alto y sin lamentarse. Ya verás como todo vuelve a la normalidad en unos meses―la ánimo Marta, cambiando su semblante por uno más jovial―. Ahora ven que te aliviare un poquito―y se abalanzó sobre uno de los senos de Tatiana, se metió el erecto pezón a la boca y empezó a succionar como una bebe hambrienta.
    
    ―¡Ay!―Tatiana dio un saltito pero no la apartó. Muy por el contrario, se acomodó sobre unos cojines en el respaldo de la cama y dejó hacer a su maestra. Dejó que le chupara la teta, entregada al tratamiento que su marido le negara la noche anterior―. ¡Ay!, ¡Ay!―no dejaba de gemir a cada momento.
    
    Marta había supuesto que tendría que convencerla para que se dejara. Sin embargo, la ansiedad la había llevado a actuar sin pedir permiso ni dar explicaciones. La maniobra le resultó a la perfección. Tatiana estaba entregada a lo que ella decidiera y esa entrega no hacía más que acentuar el morbo que la inundaba. Supo de inmediato que los gemidos de su víctima no eran de dolor, pues ella misma le había asegurado que se sentía aliviada ...
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