1. Me entrego al deseo y los dedos de mi hijo


    Fecha: 03/01/2020, Categorías: Anal Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos

    ... quiero que si te digo que me metas el dedo en el culo, digas “no me da asco, llamemos al doctor”, no quiero que te arrepientas.
    
    -Te lo juro.
    
    -Bueno, trato hecho
    
    Listo misión cumplida, ya lo había atrapado, fue un trato equitativo, yo sin que él lo supiera me moría porque me tocara el culo, el sólo pensarlo me humedecía, él creo que se llevó el mejor regalo que le podía dar, mi culo sería suyo.
    
    Nos sentamos en el living para mirar la tele esperando que se haga la noche, yo trataría de hacer la prueba de ir al baño antes de dormir, ahí tendría idea de si podría o no. Terminamos de ver la película y me levanto del sillón.
    
    -Bueno voy al baño y después me acuesto.
    
    -¿vas a probar de hacer caca?
    
    -Sí, iba a hacer la prueba
    
    -Porque no pruebas sentarte en el cuello que usas cuando vas en el avión, por ahí te sirve por la forma.
    
    -Claro tienes razón, puedo hacer la prueba, me parece mejor que lo que me dijo la doctora
    
    Yo voy para el baño, podía caminar bien yo no sentía esas puntadas repentinas pero no le dije nada de la mejoría. Él mientras fue a buscar a mi habitación el cuello de viaje, una especie de banana acolchonada. Lo espero en el baño hasta que regresa y me lo alcanza. Me levanto un poco la remera y me siento sobre ese almodón que pongo sobre el inodoro, la idea parecía perfecta. Apoyo las manos sobre la remera tapando mi vagina, él me mira de frente.
    
    -Bueno, ya estoy lista.
    
    -espero afuera.
    
    Sale y se queda afuera del baño, me doy cuenta ...
    ... porque entorna la puerta sin cerrarla del todo y veo que está parado fuera como guardia de seguridad de boliche. Me daba un poco de vergüenza pero empiezo a orinar, el ruido era más fuerte porque caía de más altura, sabía que él podía escuchar el pishhhhhhhh como de una manguera cuando aprisiono con los dedos la punta. Termino de orinar, ahora el desafío era otro, empezar a empujar sobre mi esfínter, el resultado fue inmediato, las puntadas habían vuelto, trato de aguantar y presiono con mis músculos abdominales, pero obtengo el mismo resultado, un fuerte dolor agudo. Lo peor es que no podía cagar por el dolor, porque si fuera por las ganas no tendría problemas, por el agujero quería asomar pero lo impedía el dolor, estaba en la punta y no podía terminar con el trabajo. Pasaron varios minutos, no sé cuantos pero supongo que para Diego se hicieron eternos.
    
    -¿Ya terminaste?
    
    -No, no pude hacer, trate pero no pude por el dolor, no quiero empeorar las cosas.
    
    -¿quieres que te ayude con una enema?
    
    -No, gracias, voy a esperar, si quieres mañana a la mañana cuando me levanto lo hacemos, primero me vas a tener que aplicar la inyección, yo puedo aguantar. Ahora me voy a acostar.
    
    -Bueno, ¿te paso el desinflamatorio?
    
    -Ha bueno sí, ahora voy para allá
    
    Me limpio y veo que el papel deja una delgada línea marrón, sí, como el nombre de la película, pero esta no era de guerra, era de guarradas. Era un signo de que algo quería asomar de su cueva. Me termino de limpiar y voy a ...
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