1. Vicios ocultos - Pablo


    Fecha: 10/05/2020, Categorías: Incesto Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... el borde con las piernas abiertas, él se colocó para continuar rozando el pene con mi pie y bajó la cremallera de mi pantalón, metió la mano y por encima de la cinturilla del slip sacó mi verga y los bajó hasta conseguir tener también los huevos fuera.
    
    Resultaba el ritual de siempre y se introdujo por completo mi pene en la boca comenzando a chupar como desesperado, lamiendo y chupando para volver a tragarla logrando que comenzara a crecer hasta llenarle la boca.
    
    Ya la tenía completamente rígida, Fer resultaba un fantástico mamador de verga, lograba tragarla entera sin sentir alguna molestia, y además no me preocupaba, mi verga resultaba unos centímetros más corta que la de Carlos y ésta la aguantaba sin algún problema.
    
    A la vez que chupaba sin parar arrastraba su polla sobre el zapato y lograba ver, cuando abría mis ojos, los gestos de obsceno disfrute que la situación humillante le producía. De pronto comenzó a temblar moviendo el costillar y empujado las caderas hasta que en un segundo comenzó a eyacular regando el semen por el suelo.
    
    Me había dejado a la puerta de mi orgasmo y le sujeté de los negros rizos del pelo para atraerlo y y meterle la polla hasta el ...
    ... fondo de la garganta donde comencé a vaciarme los huevos.
    
    Cuando me repuse le acaricié la cabeza y permití que sacara el pene de la boca, y con inmensa mansedumbre pasaba la lengua recogiendo cualquier atisbo de semen que hubiera en el falo y los huevos. Una vez limpio todo lo devolvió debajo del slip y pantalón cerrando la cremallera, y empezó a limpiar su propio semen que había en el suelo y sobre mi zapato.
    
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    Miré mi imagen en el espejo del baño, tenía el pelo alborotado y la corbata torcida, peiné la rebeldía de mis cabellos y enderecé la corbata, Fer entraba en ese momento vestido con un holgado pantalón y chaqueta de andar por casa, me retiré para que usara el lavabo y comenzó a lavarse la boca.
    
    Le observaba y me parecía inverosímil que aquel guapo y delicado muchacho se hubiera comportado unos momentos antes como un propio cachorro de perro, bien entrenado y dócil a las órdenes de su amo.
    
    -Después continuaremos con nuestra fiesta. -me abrazó el cuello y me obligó a que bajara la cabeza para recibir su beso.
    
    -Ahora vamos a recoger a tus hermanos para bajar a cenar y que Úrsula no se enfade, y después seguiremos la fiesta pero será con mis normas. 
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