1. Holanda dos noches, dos días


    Fecha: 30/07/2020, Categorías: Incesto Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... para que pregunto, si te veo igual.
    
    -Y tú lo mismo, no cambias. –me quedé mirándole, recreándome en su persona y se echó a reír, reíamos los dos mientras me dirigía al parking para recoger su coche.
    
    -Tenemos un poco más de una hora de camino, ¿estás cansado?
    
    -Por estar contigo que se joda el cansancio. –me estaba excediendo, pero él solo sonreía con aquella sonrisa pícara que a veces me dirigía.
    
    Emprendimos el viaje, Unax no sabe holandés, total su empresa le ha enviado a estar un año aquí y no tiene intención de estudiarlo, se entiende en ingles con la poca gente que lo habla, siempre creí que aquí todos lo saben y no es así, son muy pocos los que lo hablan.
    
    -Cuéntame cosas del pueblo. Yo iba algunas veces por allí, no está tan lejos de donde vivo, pero los amigos son mayores, casados algunos y con hijos, todo va cambiando.
    
    Le hice reír a veces con las anécdotas que tenía para él, algunas las sabía, pero yo las repetía ahora personalmente.
    
    -Ahora de verdad Arturo, ¿qué te pasó con Isabel, era la chica perfecta no?
    
    -Prefiero hablar de otra cosa, ya te lo expliqué.
    
    -Pero no las razones que tuviste para cambiar tan rápido de parecer.
    
    -¡Déjalo! -si le dijera la verdad, no me entendería y posiblemente se molestara.
    
    “Lo hemos dejado porque a pesar de que es una buena chica, guapa y folla muy bien, no termino de sentirme a gusto con ella, porque prefiero a los hombres que, aunque me reprima es lo que más me va, y por último, porque tu existes y ...
    ... estás aquí para recordarme que es a ti a quien quiero, que siempre te he querido”
    
    Si lo supiera ahora ya no volvería a dirigirme la palabra. Por eso cambié la conversación y que fuera él quien hablara de sus cosas.
    
    -¿Y tú? ¿No vas a tener a alguien en serio? -soltó una carcajada que me hizo sonreír.
    
    -Te has vuelto agudo para cambiar la conversación y no dar explicaciones.
    
    -Yo no puedo adquirir compromisos ahora, sabes que no paro en ninguna parte, ¿quién iba a querer algo serio conmigo? -yo, yo quería algo serio con él, aunque no estuviéramos juntos más que un día al año.
    
    La casita donde vivía no parecía nada desde la calle, una primera planta con salón y cocina comedor, un pequeño jardín posterior y en el piso alto un solo dormitorio y el baño.
    
    -No has traído mucho equipaje, el baño y el dormitorio están arriba, puedes cambiarte si quieres…, y para dormir, bueno, no hay más que un dormitorio con una cama, aunque sea grande, yo dormiré aquí abajo al lado de la calefacción. –me señaló el sofá que tenía al lado de una gran estufa de gas imitando a una chimenea antigua.
    
    -Ni hablar, yo dormiré en el sofá, bastantes molestias te causo.
    
    -Que no, estas en mi casa y eres mi huésped.
    
    -Por qué no podemos dormir en la misma cama, tú dijiste una vez que éramos chicos, ¿te acuerdas? -yo le miraba con cara de, “pues qué bien que voy a dormir a tu lado”, y él se puso a reír.
    
    -Tienes razón, si a ti no te importa, está bien. –subimos a la habitación, el delante y no ...
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