Holanda dos noches, dos días
Fecha: 30/07/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... sus labios besarme ahora más fuerte y exigentes, apretando los míos y pasando la lengua por ellos queriendo abrirlos.
-¿Por qué ahora? ¿Qué ha sucedido Unax? -me abrazaba a él desesperado, temiendo que se evaporara, no entendía nada.
-En Navidad, ¿recuerdas? Fuiste a mi ciudad a comprar.
-Iba por verte, no compré nada, tampoco entonces tenía dinero, pero sí para el autobús.
-Lo sabía, yo también quería verte, te necesitaba Arti, te lo iba a decir y otra vez fui cobarde y cuando el autobús arrancó quería correr detrás de él y retenerte, como otras veces mi decisión llegaba tarde. –me acariciaba la espalda mientras me besaba en la frente.
-No quiero perderte y tenía que decírtelo, te gustan los chicos y cualquier día me encontraría que estabas con otro. No me habías dicho lo de tu compañero de trabajo.
-Te amo a ti Unax, siempre te he amado, los demás solo me gustan, ¿a ti también te van, ¿no? -me separé para sonreírle con picardía.
-No Arti, a mí no me gustan los chicos, me gustan las mujeres y tú, hasta ahora solo tú y siempre te he querido, aunque no lo quisiera reconocer te amaba, me sentía bien a tu lado y creía que era pura amistad, no era cierto, me engañaba y era lo correcto ser solamente amigos.
-Sin mariconadas. –se puso a reír.
-Era un tonto. Ahora lo sé, lo he pensado mucho, muchísimo Arti, ya sabes cómo soy y esto es lo que siento, lo mismo que tú.
Nos seguíamos besando acariciando nuestros cuerpos, nos habíamos quitado la ropa, nos ...
... mirábamos nuestros cuerpos de hombres hechos, teníamos veintisiete años, con vello en el pecho los dos, él más que yo. Estábamos muy bien aún, Unax magnífico, acerqué la mano para tocarle con temor el pene.
-Puedes hacerlo, es tuyo, mira cómo te llama. –sonreía ante su gracia. Tenía una verga preciosa, recta, toda ella igual hasta el glande que era más gordo, rojo púrpura, estaba excitado y le salía una gota de precum en la boquita de otro rojo. La cogí, me encanto sentirla en mi mano. Era la primera polla que agarraba aparte de la mía. Comencé a pasar mi mano por su tallo, subiendo y bajando el pellejo, acariciándole los testículos que me parecieron grandes y pesados.
Todo era una novedad para mí y me excitaba hasta el punto de que mi cuerpo temblaba.
-Yo también quiero tocar la tuya, hagamos un sesenta y nueve. Entendí que tenía que chupársela, deseaba hacerlo y tenía miedo la vez, de hacerle daño, de decirle que nunca lo había hecho y no sabía cómo hacerlo.
-Tienes que enseñarme, no sé chupar una verga. –dejó salir una risa loca que me puso rojo.
-Pero has estado con ese compañero tuyo, ¿qué pasa Arti?
-Nunca hicimos nada, ni le he visto la polla, menos tocársela o chuparla.
-Entonces estamos igual los dos, será diferente que mamar un coño, pero eso lo aprendimos y esto no se nos resistirá.
Y poco a poco, las ganas, el deseo, el instinto nos guiaban, eran suficientes motivos para la primera vez, todo resultaba diferente a hacerlo con una mujer, su ...