1. Mi hermano Marcos


    Fecha: 04/08/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... situaciones tan deseadas y nunca alcanzadas; era mi hermano quien se apoderaba de mi imaginación, y que intentaba rechazarlo, pero no podía. Con estos incestuosos pensamientos estaba excitándome terriblemente, y mientras frotaba mi sexo con deleite desconocido, me vino a la mente la descabellada idea de coquetear disimuladamente con un hermano mudo y deseoso. Sería muy excitante a la vez de dar a alguien tan desgraciado la oportunidad de disfrutar por unos días de algo que evidentemente deseaba y que nunca más podría lograr de no darle yo esta oportunidad.
    
    El incesto es algo mal visto en nuestra civilización, pero además de que nadie podría saberlo jamás, en otras civilizaciones era aceptado, por lo tanto, todo se reducía a un tema de conciencia, de modo que si a nadie hacia daño, sino todo lo contrario, ¿por qué no probar?... Y además, ahora que era viuda y libre, ¿por qué debía de seguir sufriendo más represiones? Ni él ni yo éramos culpables de nuestras desgracias.
    
    Me despertó mi madre al levantarse. La ayudé con sus cosas y llamé a un taxi para que la llevase a la clínica, yo no podía acompañarla por no poder dejar solo a Marcos. La intervención a que la someterían esa misma mañana era de cirugía menor, aunque molesta carecía de riesgo, posiblemente estaría internada un día para observación. Me advirtió nuevamente sobre los cuidados de mi hermano y salió de casa.
    
    Cansada por haber dormido tan poco, volví a la cama dispuesta a seguir descansando, pero de ...
    ... inmediato me vinieron a la mente las ideas concebidas la noche anterior. Tan solo el pensar que había llegado el momento de ponerlas en práctica me excitó lo suficiente como para despejarme rápidamente. Haría pensar a mi hermano que dada su situación yo creía que para él el sexo no existía, que ignoraba completamente su estado mental real, lo que me permitiría todo tipo de libertades, y le haría creer que para mí, su sexualidad no había que tenerla en cuenta. Le daría la impresión de que todo cuanto ocurriese entre nosotros sería algo "normal" y por lo tanto, no tenía sentido alguno evitarlo.
    
    Dos veces a la semana había que meterlo en la bañera y lavarlo totalmente, pero el resto de los días, como hoy, solamente había que darle un pequeño lavado después de llevarlo al inodoro para que hiciera sus necesidades.
    
    Después de lavarme yo y de desayunar, me dispuse a atenderlo a él. Entré en su dormitorio, y en la semioscuridad de la habitación pude adivinar que estaba despierto y arropado de cintura para abajo con la sábana. Yo tan solo llevaba un camisón casi transparente por encima de las rodillas. Me había quitado antes de pasar las pantaletas y el sujetador. Crucé al otro lado de la habitación para subir la persiana del balcón, la luz blanca entró a raudales deslumbrándole totalmente. Mi cuerpo se encontraba entre él y el balcón, por lo que mi desnuda silueta ante el rectángulo de luz debía de verla perfectamente. Vi el asombro de sus ojos mirando con incredulidad las curvas de mi ...
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