Hidden Club
Fecha: 24/01/2021,
Categorías:
Intercambios
Autor: veroydany, Fuente: RelatosEróticos
... nada mal, y… —se relamió— sabe cómo tratar a una chica.
—¡Menos mal! Creía haber portado desconsideradamente, como un sátiro salido.
—Te has comportado exactamente como necesitaba ahora mismo —me besó la punta de la nariz—. Me alegro que hayas dejado a un lado tu caballerosidad y delicadeza habituales, porque lo que me hacía falta era…
—¿Un polvo salvaje? —sonreí, interrumpiéndola.
—Eso mismo —concedió, y me mordió ligeramente la barbilla.
Desasió el abrazo de sus piernas, y la deposité de pie en el suelo.
—Puedo hacerlo mejor, esto ha sido un “aquí te pillo, aquí te mato”, debido a la… uh… urgencia del momento. ¿Vienes a mi casa? —propuse, poniéndome serio.
—¿Y qué me harás? —preguntó, sonriendo traviesamente.
—Mmmmm, veamos: una laaarga sesión de caricias y besos por todo el cuerpo. Incluso… puedo improvisar una mesa de masaje, y cubrir todo tu cuerpo de aceite. Y luego…
—Eso suena muy bien, pero primero tendremos que ducharnos. ¡Jajajaja! Estoy cubierta de saliva, y mira… —señaló sus muslos, por los que descendía un reguero de semen.
—¡Joder! Espera, creo que he visto ahí fuera unas cajas de pañuelos de papel…
â â â
Recogimos nuestra ropa a toda prisa introduciéndola en una de las taquillas. Afortunadamente, (Marta dirigía miradas aprensivas a la puerta) no entró nadie.
Las duchas estaban también solitarias. Abrí uno de los grifos, y regulé la temperatura.
Nos dedicamos a enjabonarnos mutuamente, sin privarnos de acariciar ...
... nuestros sexos. Me quedé mirándola, mientras ella se aclaraba los cabellos. Aun sin maquillaje alguno, era una de las mujeres más bonitas que había contemplado.
—¿Qué me miras? —dijo sonriente, cuando volvió la cabeza en mi dirección y advirtió mi escrutinio.
De repente, sus ojos se abrieron como platos, y compuso un gesto de confusión.
Me volví.
â â â
Teníamos espectadores. Una pareja, ambos algo más mayores que nosotros, nos estaba contemplando desde la entrada. Lo que a mí se me abrió fue la boca, pero de admiración:
Dos cuerpos de modelo, de piel oscura, ambos completamente desnudos. La mujer tenía, sin duda, la figura más escultural que había visto: de cuerpo menudo, pechos no muy grandes, pero altos y tiesos. Cintura estrecha, caderas y muslos sensuales, entre los que la piel se oscurecía en el vértice del triángulo invertido en el que se distinguía perfectamente el inicio de la separación de su vulva, y unas piernas “10”. Un bonito rostro enmarcado por cabellos intensamente negros, que esbozaba una ligera sonrisa, ojos del color de su pelo, frente despejada, nariz solo ligeramente ensanchada, y tentadores labios carnosos.
Pensé que si hubiera una imagen que representara la palabra “sexo”, esa mujer lo era. Todo en ella, rostro, senos, caderas, muslos, más la abertura apenas entrevista entre sus piernas, estaban hechos para dar y recibir placer.
El hombre, que también nos sonreía, llevaba su negro cabello muy corto. Musculado, hombros más ...