Los Pastrana y los Salvatierra
Fecha: 13/03/2021,
Categorías:
Confesiones
Autor: Tothem, Fuente: CuentoRelatos
... pie y con el pene erecto la esperaba, en tono tajante le dijo:
— Ponte a cuatro patas, vamos a ver lo que tenemos.
— Sí… sí… yo… estaba… — dijo Adela dubitativa.
— ¡Que te calles!
Adela obedeció, quedo a la vista su coño del cual salía un hilo, su zona anal estaba algo irritada; el cuñado se puso tras ella y le abrió sus nalgas.
— Veo que tu culito está algo irritado y te has puesto cremita eh… pero... no te voy a perdonar la enculada. Así, permaneció unos minutos, abriendo las nalgas y acariciando las nalgas. Tras un lapso de unos minutos, sin tocarla ni decir nada Adela se sentía desconcertada, no la penetraba ni la sobaba. De repente, sin aviso, alineó su pene a la entrada anal y en un golpe de cadera al mismo tiempo que la cogía de la cintura le incrustó todo su fierro hasta el fondo dejándolo clavado sin moverse.
Mientras tanto el notario y don Luis Salvatierra charlaban:
— Ahora ya podrás edificar los terrenos, las actas son claras.
— Sí, voy a iniciar los trámites pertinentes a partir de ahora.
— La zona atraerá inversores, tu pueblo natal te puede estar agradecido.
— Bueno, es gente inculta, no se puede razonar con ellos, también tengo previsto proveerme de nuevos terrenos, sobre la marcha, podré comprar a precio barato los colindantes de la zona.
Desde el pasillo se oye un berrido estridente y atronador.
— Perdona, pero la chica no tiene modales, tendré que advertirla, no da para más.
— Sí, mi cuñado es exigente no va con ...
... contemplaciones.
Adela debido a la embestida se vio lanzada para adelante y apenas podía aguantarse aún en estando apoyada; en cuanto al cuñado del notario era de la creencia que la fuerza y el autodominio eran señal de nobleza y se recreaba poniendo el alma en ello. Permaneció inmóvil durante un minuto mientras en tono enfático decía:
— Los hombres no deben rendir culto a las putas, ni siquiera a las que no pagan.
Retrocedió las caderas y saco el fierro, se lo veía engrasado de crema, Adela había tenido cuidado esta vez de lubricarse a conciencia; el cordón del tampón le colgaba por la parte delantera como si fuera la cuerda de una lamparita. Volvió a embestir de una tacada sonora, el tronco quedo insertado de tal manera que los testículos quedaron pegados a las nalgas. La acometida cayo como un misil en el conducto anal siendo la causa que Adela lanzara un estridente alarido. Adela suspiraba de forma pesada. Cuando se recobró de los primeros impactos pudo volver a corregir su postura, nada más tener afianzadas sus manos y pies volvió a recibir otro embate con doble bombeo repetidos y simétricos en intensidad perforadoa.
— ¿La notas? ¿La sientes? ¡Tómala toda! ¡Por puta!
Y emprendió un abordaje con bombeos continuos y profundos, en cada embestida las nalgas de él se contraían y tensaban; dio velocidad a su mete-saca al mismo tiempo que en una explosión de rabia empezó a dar manotazos y cachetes sobre las nalgas de Adela, al mismo tiempo le abría las nalgas con ...