1. Complejo de Edipo


    Fecha: 11/11/2017, Categorías: Grandes Relatos, Autor: Urawan, Fuente: CuentoRelatos

    ... Ningún lugar de nuestros cuerpos fue dejado de conocerlo, recorrerlo y tomarlo. Sorteamos con habilidad todos obstáculos que teníamos por delante y fácilmente. Yo con mi erotismo iniciado pedía más y él con sus conocimientos me complacía, me sentía en el paraíso del éxtasis donde todo es permitido.
    
    Hicimos el amor por todo sitio de su apartamento y por todas partes de nuestros cuerpos. Hicimos el amor varias veces al día. Me convertí en una hembra ardiente y permanentemente insatisfecha; con suma delicadeza fui completamente de él y él con mi lujuria desenfrenada fue totalmente mío. Nos amamos con desenfreno. El libertinaje fue el rey de nuestra relación. El abuso del otro lo normal. La osadía en pedirle más lo constante tanto que en más de una vez él se rindió a mi ímpetu. Él nunca se imaginó lo que hizo y despertó de mí. Una hembra deseosa de más y más. Siempre estaba lista para ser penetrada, satisfecha y devorar de pasión a mi hombre y darle todas las partes de mi cuerpo que las gustó e hizo de él en más de una vez era yo quien lo tentaba para que sea mío y calme mi sed de sexo. Sin desearlo nuestra relación se convirtió en combate donde inicialmente él fue el triunfador hasta cuando caí en la cuenta que mi poder femenino era sumamente superior a su fuerza de macho poco a poco me convertí en la reina del erotismo tanto que en más de una ocasión tuvimos inconvenientes que llegarían a la ruptura casi total de nuestra relación. Ya cansada de sentirme insatisfecha ...
    ... descubrí que yo misma podía hacerlo…
    
    Desde esa noche en que yo quería más y él ya no podía darme gusto pocas veces dejé que me haga el amor cuando él lo quería, yo me impuse totalmente. Me gustaba hacerle sufrir. Me gustaba que me suplique, que bese mis pies y lo hizo, yo fui la reina el mi fiel sirviente.
    
    Desde caí en la cuenta que sí bien él me inició en el sexo y me hizo gustarlo, a la larga me convertí en el ser que conducía el carruaje erótico tanto que él se convirtió en mi esclavo erótico, hice de él lo que quise. Cuando me decidía a darle gusto y que me introduzca su bulto lo hacía sin ninguna objeción y le daba todo lo que yo deseaba darle, nada más, sino no había fiesta, así de simple.
    
    Hacíamos el amor una y otra vez sin parar hasta cuando el pobre decía:
    
    -Manu ya no puedo más. Tranquila hijita. ¿Qué más quieres?
    
    -Sami ya sabes. Tu bulto, grande, grueso, tieso, portentoso. Introdúceme por donde quieras qué pasa dame más acaso ya no puedes.
    
    -No Manu ya no puedo más estoy cansado.
    
    -Yo quiero más, mucho más, necesito más, mucho más.
    
    Siempre fui la ganadora de nuestro combate erótico hasta que él un día cansado de que yo pida más, me da una cachetada muy dura ahí en medio de la sala me desnuda y empieza a arrecharme como me gusta pero cuando yo creía que me daría por mi conchita, me pone boca abajo, toma un frasco de aceita que de casualidad estaba en la mesa unta mi culito y sin piedad me sodomiza por supuesto que grité, protesté lo insulté pero no ...
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