recuerdos - Relatos Eróticos

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... salón para la sesión del día y a una seña de mi abuela todos nos desnudamos. Las tres niñas al ver mi pene exclamaron de gusto, mientras Luna decía a su madre, pero que maravilla mama, mientras sonreía. Después mi abuela se acercó y dijo tenemos la suerte de tener un gay entre todos, yo no contaba con ello, pero viene bien. Lúa dijo me gusta que estés aquí ya que estamos iniciando a mi nieto y debe conocer todo. A tus hermanas les digo que no se apuren ellas también disfrutarán. Al final de la sesión se realizará el bautismo del alumno con la lluvia dorada general. 

VIII

Habíamos iniciado una sesión que prometía nuevas experiencias. Yo me dedique un poco a Lúa, jugaba a intentar poner duro su pene, pero se resistía.  Acerqué mi pene a su bien torneado culo y restregué suavemente dando golpes con mi erecto pene. Ella se volvió y chupo con suavidad mientras noté que su hermana Lía le chupaba el pene y parecía reaccionar poco a poco. Melissa y Lúa se entretenían con besos y chupadas y mi abuela se masturbaba con suavidad a la vista de la escena. Melissa y Lúa se acercaron hasta donde estábamos y fueron haciendo cadena unida a nosotros de forma que todos disfrutábamos de todos sin parar. En un momento introduje mi pene por el ano de Lúa tras un pequeño empujón que me dio Melissa. Un grito de gusto escapó de su boca mientras su pene se erguía totalmente llenando la boca de su hermana al crecer.
Empezábamos a tener cercana una corrida general. Y se produjo, una vez más, ...

... todos a la vez entre gritos y aullidos de gusto general. Había sido enorme y fantástica.
Mas tarde llegamos a la hora del bautismo al novel. Me tendieron en el suelo y todas las vaginas me rodearon incluido el pene de Lúa. Mi abuela de pie y abiertas las piernas se agachó calculando su vagina para que quedase sobre mi boca y pronunció la fórmula de consejo: “Estamos encima, debajo a la derecha, a la izquierda y dentro de ti” soltando en ese momento un chorrito dentro de mi boca. Después todos llovieron dorado sobre mí de forma perfecta. Al terminar me lamieron y besaron todo el cuerpo. El momento era de gran intensidad y estábamos totalmente deseosos de corrernos como habíamos hecho anteriormente. La sonrisa se dibujaba en las caras de todos a la vez que uníamos nuestras bocas en besos con lengua de forma continuada.
Iban pasando los días y aquella tarde regresaría mi madre, así que tenía que ir a la estación a buscarla para acompañarla a casa. Cuando llegó la hora me despedí de Melissa y de mi abuela. Las hijas de Melissa habían partido la noche anterior llenas de alegría y con nuevas ideas de vida. A Melissa le dije hasta proto, con un sonoro beso en su teta derecha y a la abuela le di con todo respeto un beso rápido en la boca y le besé la vagina con mi lengua. 

IX 

El tren llegó puntual y fui hacia mi madre a la vi a lo lejos. Nos besamos en la boca como de costumbre y salimos hacia la calle para ir a casa. Entre los comentarios me dijo que me encontraba cambiado, ...